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Festejos

Charlas en la Cafetería del Barrio

Por Alberto Mora

@alberto_mora

-Festejar implica alegría, diversión. La fiesta nos invita a romper con la normalidad y el orden cotidiano. En los festejos uno puede experimentar sentimientos fuertes y entregarse a actividades placenteras, a esas que no hacemos a diario. Actividades relacionadas con música, espectáculos, opciones de esparcimiento, atracciones con un cierto grado de tensión y adrenalina. Cuando festejamos, nos conectamos con la energía del momento.

“Guadalajara recién cumplió 481 años de su fundación y Jalisco 200 años como un Estado libre y soberano. Por eso nuestros gobernantes proponen mucha fiesta, pero en las condiciones que llegamos a estos aniversarios, la pregunta es: ¿Serán fechas para festejar o para conmemorar? Porque no es lo mismo”.

Poncho, ambientalista, miembro activo en un par de colectivos en defensa del medio ambiente y combate contra el cambio climático, escucha atentamente a Vicky, su pareja y compañera de causas, con quien cotidianamente termina cafeteando al final de cada día, charlando en la cafetería del barrio.

-Muy probablemente has escuchado alguna vez esa frase que se generó entre los gobernantes de la antigua Roma: “Panem et Circenses”-, continúa Vicky su conversación, al tiempo que Poncho le acerca un aromático café con leche y par de tartelas.

“Es bien conocido el dicho; Al pueblo, pan y circo, eso que los gobernantes acostumbran a ofrecer a su pueblo a cambio de serenidad, obediencia, confianza y, sobre todo, para que las personas se mantengan alejadas de los asuntos que los hombres y mujeres de poder prefieren conservar dentro del círculo gobernante. Sin embargo, por más fiestas que ofrezcan no pueden esconder la realidad que enfrentamos día a día. Estamos ante un escenario muy complejo de corrupción y violencia, donde incluso comunicar verdad es inseguro”.

Vicky hace una pausa para dar una mordida a la tartela, así Poncho deja su café sobre la mesa y continúa con la charla:

-Nunca antes habíamos tenido tanta información, pero también nunca antes habíamos sentido tanta incertidumbre. Dentro de la dinámica comunicacional en esta época llamada de la posverdad, se aceptan muchas mentiras. Los gobiernos provocan que las personas no dialoguen con quien piensa diferente a ellos. Cancelan las posibilidades de descubrir la verdad mediante la confrontación de argumentaciones. Así lo que se está creando es una polarización permanente y la polarización, sin lugar a dudas, genera violencia.

“Los gobiernos nos están ofreciendo festejos sin reparar en la grave crisis de comunicación pueblo-gobierno, la inseguridad pública, la corrupción en la instrumentación de políticas para el desarrollo. Están minando la base natural de las ciudades, de los pueblos. Mientras festejamos, estamos permitiendo que hipotequen el futuro de las siguientes generaciones. La evidencia científica está a la vista y es contundente.

“El agua y suelo están dejando de ser recursos renovables- Por la manera en que intervenimos en sus ciclos, el futuro está en riesgo si seguimos haciendo más de lo mismo.

“La forma en que nos movemos, nos calentamos, nos comunicamos, nos enfriamos, nos alumbramos, como nos curamos y todo lo que hacemos para nuestro bienestar, está afectando severamente los sistemas químicos, físicos y biológicos del área metropolitana. Nuestros patrones de consumo y producción son insustentables. El modelo de recolección de basura no funciona. Cada vez hay más basura, menos capacidad de recolección y su destino final es un problema ecológico, social, económico y obvio también político”.

Vicky termina de saborear su café y a manera de conclusión responde:

-La ciencia nos ha demostrado que estas adversidades son evitables; que tenemos oportunidad de revertir las tendencias sí, y solo sí, actuamos con celeridad y decisión. Si lo que aspiramos como humanidad es que nadie tenga ni hambre, ni sed; que las personas tengan acceso a una alimentación sana, agua limpia, energía limpia; que las personas respiren aire limpio, que nadie muera por enfermedades prevenibles, que nadie migre por miedo, por violencia, por persecuciones, por sequías o inundaciones.

“Hay que actuar con urgencia, menos festejos y más eficacia en la función gubernamental. El conocimiento se tiene, los recursos económicos existen, lo que falta es la voluntad para generar el cambio necesario y lo que no tenemos es tiempo que perder. A estas alturas, las tareas necesarias rebasan a la acción de los gobiernos, se requiere de suma de la fuerza de las organizaciones académicas, de la sociedad, de los empresarios y de las comunidades. Los retos para lograr los cambios son muchos y son mayúsculos, pero son viables”.

 

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