Opinión Política
OPINIÓN

Escenario Económico 2024

Por Alfonso Gómez Godínez

@ponchogomezg

Transitamos por las primeras semanas de 2024 y podemos vislumbrar un escenario económico con las siguientes particularidades y complejidades.

Impulsada por la famosa cuesta de enero, la inflación sigue causando estragos en el poder adquisitivo de las familias, obviamente en los grupos de más bajo nivel salarial y en la clase trabajadora. Cerró en un nivel de 4.66%, un promedio por encima de las expectativas de las autoridades gubernamentales y monetarias. El compromiso establecido en Criterios Generales de Política Económica y, por supuesto, por el Banco de México es contenerla y bajarla a un nivel que ronde el 3% anual.

La tarea no será fácil. El Banco de México seguirá aplicando la medicina tradicional por medio de altas tasas de interés para contraer la demanda; sin embargo, esa receta será insuficiente si consideramos la volatilidad de los precios de los productos primarios –agrícolas y ganaderos– sujetos a fenómenos climáticos y de sanidad, principalmente. Por otra parte, hoy ya es reconocido por los estudiosos de la inflación el impacto que tienen en los precios las prácticas de extorsiones y cobro de piso de la delincuencia organizada en productores, transportistas, intermediarios y comerciantes, lo que arrastra al alza a los precios que llegan al consumidor. Dicho en otras palabras, si seguimos atendiendo el problema solo desde el lado de la demanda, los intentos por bajar la inflación afectarán negativamente los procesos de inversión, el acceso al crédito y el consumo. Se requieren serios esfuerzos para promover la oferta con políticas de promoción e incentivos y, a la vez, contener el fenómeno de la “doble tributación”.

En los primeros meses del año, previos a la elección presidencial, observaremos a un gobierno federal acelerando la aplicación del gasto público, metiendo presión para la terminación de las obras emblemáticas, así como lo que corresponde a la entrega de los apoyos de los programas sociales. Estas acciones, por medio de lo que llamamos el efecto multiplicador del gasto público, tendrán efectos positivos en la inversión y el consumo que favorecerá el comportamiento del Producto Interno Bruto, atendiendo a lo que se conoce como el “ciclo electoral de la política económica”.

Sin duda que la evolución de la economía se verá influenciada por los factores políticos y electorales. Tradicionalmente en año de elección, algunos grandes inversionistas actúan con cautela y prudencia, en México tenemos claras evidencias al respecto. Lo ideal es que las campañas, la elección, la calificación de las elecciones y la conformación de los grupos parlamentarios del Congreso de la Unión se realicen en condiciones aceptables de normalidad democrática; en caso contrario, se pueden generar turbulencias económicas para el segundo semestre del año.

La presidencia cambiará de manos el primero de octubre y no el primero de diciembre, acortando los plazos de un largo período donde teníamos dos presidentes: el presidente en funciones y el electo. Recordemos cómo la espantosa crisis de diciembre de 1994 se gestó en los meses posteriores a la elección con los choques entre Salinas y Zedillo.  Esperemos una transición tersa y algo fundamental será la conformación de las mayorías legislativas cruciales para la elaboración del presupuesto del primer año del nuevo gobierno. Un presupuesto que para 2023 muestra altos riegos por el endeudamiento y la sostenibilidad de su financiamiento.

 

Post relacionados

Educación, Educación, Educación

Opinión Política

Violencia electoral

Opinión Política

¿Cómo nos sentimos?

Opinión Política

Dejar un comentario