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El corrido tumbado y su polémica catalogación

Por Carlos A. Lara González

Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura

@Reprocultura

La semana pasada el cantante Peso Pluma pronosticó que los exponentes del corrido tumbado dejarán su huella en los libros de historia debido a la revolución impulsado por las nuevas generaciones de intérpretes de la música regional mexicana que han sabido fusionar este género con otros más contemporáneos. Lo dijo en el marco de la Semana de la Música Latina de Billboard en Miami Beach, en un momento en el que 13 de las 17 canciones en español del Billboard Hot 100 son del regional mexicano o “música mexicana”, como tímidamente la llaman quienes consideran que no puede ser música regional mexicana a lo Pepe Aguilar.

Lo cierto es que luego del reinado del reguetón, la fusión de este con las cumbias norteñas y el tex-mex, entre otros, cautivó a millones de oyentes no solo en México sino en diversas partes del mundo. Sus maldicientes dicen que se trata de un experimento del mercado, una estrategia comercial, una fórmula para ganar dinero. Vamos, digan algo nuevo por favor.

Si analizamos bien lo dicho por Peso Pluma, veremos qué razón le dan los hechos. Es cierto que están haciendo historia, el Billboard es parte de esos libros que menciona. Habla de una fusión de géneros y de una revolución musical, lo cual también es verdad. Resalta el talento de las nuevas generaciones de intérpretes del género, y yo agregaría a los ejecutantes, pero vamos primero con los intérpretes, quienes han encontrado una forma novedosa de contar historias donde sigue presente el romance, las drogas y el alcohol, es verdad, pero las letras van aparte.

La interpretación es auditivamente original y quizá necesaria para descansar del reguetón. Los ejecutantes son unos verdaderos artesanos de la música. Esto lo sabe todo aquel que sepa de escalas, que sepa tocar el contrabajo (o tololoche), la docerola pero, sobre todo el trombón modificado de la forma en que lo hacen solo ellos. Mi hermano Daniel y yo hicimos este corrido tumbado y nos dimos cuenta de todo esto:  https://vm.tiktok.com/ZMjmGRUbH/

Creo que como consumidores culturales no podemos descalificar un género musical por sus letras sin dar oportunidad a escuchar el resto. Tampoco podemos pontificar que este no es parte de la música regional mexicana. Este género abraza la banda, el norteño, el mariachi, la onda grupera y otros géneros del folclor mexicano, está presente prácticamente en todo el país a través de toda una generación que marca tendencia en el consumo musical. Además de aportar a la evolución de la música. ¿Por qué no habría de catalogarse como Música Regional Mexicana? ¿Por sus letras? El país está peor que las letras. ¿Apología del delito? Libertad creativa y que comience el debate.

Conozco a muchas familias que esperan que el Estado les resuelva este dilema; que no se involucran ni se hacen responsables de lo que consideran apología del delito. Conozco a muchos que detestan públicamente el reguetón, el tumbado, a cantautores como Arjona o a grupos como Maná, pero al mismo tiempo van de diversos y tolerantes. Sí, con esa incapacidad para escuchar una canción que salga de su cuadrante. Esperando que eso les confiera un cierto estatus no sé de qué. ¿De conocedores de la “buena música”? Un debate interminable.

Conozco a muchos gobiernos que contratan a estos artistas y grupos del momento para llenar sus plazas y espacios públicos en las fechas importantes del calendario cívico y religioso; que pagan contratos millonarios y luego quieren aplicar el Código Penal, como el gobierno de Chihuahua que cree que una de sus funciones es regular la virtud.

 

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