Opinión Política
ENTREVISTA

Agustín Laje: “La derecha tiene que salir del closet”

El politólogo e intelectual argentino, Agustín Laje, llama a reflexionar sobre la pérdida de identidad de la derecha. Es autor del libro “La batalla cultural”.

 

Por Mario Díaz

En su más reciente libro “La Batalla Cultural” (Harper Collins), el politólogo Agustín Laje analiza cómo se entendió este fenómeno, la Nueva Izquierda, frente a una derecha que despreció el poder de la cultura. Con esto, pretende brindar las herramientas necesarias para que una Nueva Derecha pueda ver la luz de nueva cuenta.

-Algún bando está ganando esta batalla, ¿se puede obtener una victoria? 

-A diferencia de las batallas políticas electorales, la batalla cultural tiene una lógica atemporal; la batalla electoral es una batalla que está arreglada, que tiene un sistema de contabilidad, incluso, pues se cuentan los votos, se fiscalizan, hay un día en que empiezan las campañas, un día en que termina la campaña política y un día en que se cuentan los votos, y hay un día en que termina y el que gana va cuatro años, seis años como el caso de México, y en ese tiempo, pues, los ciudadanos a jugar con lo que hay en las presidencia.

“La Batalla Cultural es muy distinta porque no tiene reglas, no está institucionalizada, las fuerzas que participan en ella son muy difusas, no tiene tiempos y en definitiva la cosa es más pendular de lo que uno creería, el final siempre está abierto; es que ni siquiera hay un final, porque la batalla cultural es por la definición de la manera en la que una sociedad mira al mundo. En este sentido hoy lo puede ver de una forma, mañana de otra”.

 

-¿Algunas veces conservadores, otras liberales?

-Algo así. En este momento todo parece indicar que las agendas progresistas, por llamarles de algún modo, son las que están ganando; es decir, si miramos hacia atrás unos diez años, hoy todos nuestros países han aceptado agendas como la feminista, las LGBT, las agendas del aborto, que están en la agenda 2030, que están todas muy bien compiladas. Son agendas transversales”.

Ahora hemos visto que, desde el Congreso del Estado de Jalisco, la bancada de Acción Nacional votó a favor del matrimonio igualitario, consideraron que tenían que acercar esos posibles votos a su partido, pero finalmente no les ha redituado en absolutamente nada.

Ante estas posiciones Agustín Laje explica:

“Si usted le pregunta a una persona de derecha tradicional o de centro derecha, le va a decir que él no es de derecha y que esto no existe, porque la distinción de derecha o izquierda es muy anticuada y ya no sirve para nada. Pero esto en el fondo es una cobardía, porque sí existe gente de derecha, gente de izquierda y sí que sabemos quiénes son.

“Yo soy una persona de derecha y para mí no es ningún problema o tabú afirmarlo, pero para la mayor cantidad de personas de derecha si representa un problema aceptarse o decir que lo son. Es un closet, hoy ya no hay un closet de la homosexualidad, hoy son las personas de derecha las que tienen que salir de este closet.

“Ahora bien, sobre este caso en particular, es cierto que la centro derecha ha comprado todas esas agendas progresistas porque no ha sabido enfrentarlas. Para esa vieja derecha, o para esa centro-derecha que en México podríamos identificar con ciertos personajes del PAN, en Argentina con ciertos personajes del Macrismo, en Chile con el Piñerismo, anticuada, vieja, de lo único que se ocupa es de hablar de economía, ellas quieren mantener la institucionalidad económica más o menos funcionando, limpiar las instituciones, eso es todo lo que tienen para ofrecer.

“Por lo anterior, la agenda feminista no nació del centro-derecha como tampoco surgió de ella la agenda LGBT, el aborto, y estas agendas. Como el centro-derecha no sabe contrarrestarlas, porque lo único que hablan es de economía o instituciones, pues se pliegan a esa agenda y terminan concediendo, no se animan a dar una batalla cultural contra estos temas”.

 

-Aquí en Jalisco este grupo de diputados del PAN se autonombra la bancada joven, tal vez en un intento de hacer clic con los nuevos electores y con estas agendas ajenas a ellos.

-Esos votos jamás serán para ellos, hay un concepto muy lindo de la ciencia política que es el concepto de la hegemonía, que apunta al dominio cultural. Claro, si yo no tengo un proyecto cultural en la bancada del PAN, pues no voy a tener más que adherirme al proyecto cultural de mi enemigo; cuando la bancada joven del PAN dice: nosotros somos jóvenes y por eso nos debemos a esas agendas, significa que el PAN nunca tuvo una agenda y por eso tuvieron que comprar la agenda de sus adversarios, eso no era del PAN.

 

-Algunos dirigentes tal vez una generación bisagra entre la vieja guardia y los jóvenes, no estuvieron de acuerdo con esto, para ellos es defender la familia tradicional y punto.

-La pregunta sería: ¿Y cuándo se dio un combate real, interno, en este partido a favor o en contra de esos valores? ¿Qué fue lo que unió al PAN? ¿Fue eso o fue una concepción institucional y económica de la política? Entonces ahí tenés. Para mí: ¿Por qué la derecha no tiene proyectos culturales? Porque nunca ha entendido la cultura como un eje de conflicto político.

 

-En este péndulo cultural ahora le toca estar en la presidencia de México a Andrés Manuel López Obrar, que prácticamente ha borrado del mapa a la oposición.

-La izquierda de López Obrador es una curiosidad, porque es la única que está funcionando en todo el continente. Explico: el gobierno de Joe Biden, que es la izquierda norteamericana, sufrió una derrota (en la Cámara de Representantes); la izquierda argentina del kirchnerismo, cuando se miden las encuestas no rinde, el índice de aceptación popular que tenía Alberto Fernández y Cristina Krishner es del 25 por ciento; la aceptación que tiene Gabriel Borich, que es la izquierda chilena que hoy gobierna, es del 26 por ciento; la aceptación que tiene Pedro Castillo, que es la izquierda peruana, es del 22.2 por ciento; la de Petro en Colombia cayó 10 puntos en los primeros 100 días de gobierno.

“Con AMLO no se puede decir lo mismo. Tiene una gran popularidad, la diferencia es que no tiene oposición, y además es una izquierda con vistos de nacionalismo económico con eso de querer ser un monopolio energético. Es una izquierda que tiene su componente muy progresista dentro de Morena; todas estas agendas feministas, abortistas y de más, pero también es una izquierda que tiene un componente populista de división ricos-pobres, pueblo-fifís, es una izquierda que ha sabido articular muchas cosas nuevas, viejas en una sola fórmula, por eso se ha mantenido muy bien, es muy popular”.

 

-Se hacen algunas referencias en este sentido, señalando que la Coca-Cola también es muy popular en México, pero en definitiva con el tiempo causa mucho daño a la salud.

-Exacto, hoy uno tendría que hacer una crítica a la democracia y yo, como no tengo ningún tabú para decir que soy de derecha, tampoco lo tengo para decir que la democracia puede ser muy buena para algunas cosas, pero también tiene sus problemas y es que no es cierto que Vox Populi, Vox Dei, la Voz del Pueblo No es la Voz de Dios, y el pueblo se puede equivocar como lo ha hecho varias veces. Ser popular no significa ser bueno.

“Aquí en México no tienen una oposición real. ¿Cuál es la figura en México que la vaya hacer sombra a Andrés Manuel? No la hay, salvo que él mismo pueda serlo. Por eso este libro a lo que apuesta es a otra forma de hacer política, por eso el subtítulo es “Reflexiones críticas para una nueva derecha”, dando a entender que toda esta cosa del PAN, el Macrismo, Piñerismo prácticamente ya han fracasado, no son oposiciones reales”.

 

-No se supieron reinventar o adaptarse a los cambios en la sociedad, incluso no entendieron cómo aprovechar todas estas herramientas tecnológicas.

-No supieron. Lo que pasa es que por eso mismo hoy en política se está hablando de batalla cultural, porque antes para hacer política hace unos años nada más, era entrar a un partido político, afiliarse, empezar a tratar de escalar en la jerarquía, candidatearse, pedir votos, si ganabas, pues obtenías poder. Hoy hacer política no podemos decir que es solo eso, sino que es también abrir un canal de You tube para influenciar a la gente que te mira, tener un podcast, escribir un tuit. ¿Por qué hay tanta desesperación política en Twitter? ¿Por qué Elon Musk lo ha comprado? Pues porque es la gran herramienta política del siglo 21.

“La batalla cultural, que es un movimiento de abajo hacia arriba, lo que permite es que el ciudadano común y corriente pueda hacer política sin que necesariamente tengas que estar afiliado a un partido político. Te pone al tú por tú con los políticos y con los periodistas. El periodismo tradicional está acusando a las redes sociales de hacer fake news (noticias falsas), es un peligro dejar liberada la comunicación social en las redes sociales por estas fake news, pero cuidado, hubo una época en la que no había ningún poder de réplica del consumidor de información, los productores de la información y el periodismo tradicional fue también una gran fábrica de noticias falsas, en muchos lugares vendidos al poder político, económico”.

CLÓSET. Laje advierte: “Tiene que ser una derecha que deje de tener vergüenza de sí misma, como empezamos”.

“El centro derecha o la derecha anticuada, son los que de alguna manera defienden la permanencia de la clase media, pero es un asunto del bolsillo, de billete, es su nicho; ahora, culturalmente esa clase media ha sido hegemonizada por una agenda o una serie de agendas que son ajenas a la centro derecha”.

Agustín Laje / politólogo, escritor argentino.

-¿Qué tendría que hacer la derecha en México o en América Latina?

-Esta derecha tendría que empezar, primero que nada, a buscar figuras jóvenes que ya hay y han tenido éxito; por ejemplo, Santiago Abascal de Vox allá en España, es un tipo muy joven y ha puesto una derecha muy firme con mucha aceptación; Javier Milei, en Argentina, que es un tipo joven para la política, muy cerca de la presidencia en estas elecciones; hay que apostarle a figuras jóvenes, figuras outsiders, no el típico viejito que ha estado todas su vida en política, saltando de un partido a otro y ahora se acomoda para poder seguir currando.

“Tiene que ser una derecha que deje de tener vergüenza de sí misma, como empezamos. Cuando uno le pregunta a alguien de izquierda, a un comunista, a un marxista, si es de izquierda, todos te dirán que sí; a un anarco socialista, también te dirá que si es de izquierda; a un social demócrata. Pero a un conservador le preguntas si es de derecha, te dice que no, soy de centro, ni uno ni otro. A un libertario le preguntas si es de derecha y te dice que no, te dice que los conservadores son los de derecha. Ves a un patriota tradicional, y te mandan decir que la derecha son los conservadores y los libertarios. Hasta se asustan y te piden que no los acuses de nada”.

 

-En México, el péndulo está del lado de la izquierda, ¿qué tendría que hacer la derecha para cuando esto cambie de dirección?

-Hay péndulos. Cuando va para un lado, esos tienen que estar preparados; ese péndulo empezó a irse a la derecha en el 2015, por ejemplo. Pierden los Kirshner en Argentina y se dijo que nos libramos de esos tipos, pero volvieron cuarto años más tarde. En el 2016 gana la derecha nuevamente en los Estados Unidos con Donald Trump; dos años más tarde gana la derecha en Chile con Piñeira; y en Brasil con Bolsonaro, un año más tarde en el 2019. Evo Morales tuvo que abandonar su país luego del fraude; la dictadura venezolana ya no se sostiene; la dictadura cubana perdió a Fidel y Raúl Castro no se sabe quién es el que está gobernando; el absurdo de Nicaragua.

“Uno piensa: esto se va hacia la derecha, pero qué derecha llegó, esa derecha lavada, tibia, sosa con gusto a nada, Macri duró cuatro años, Piñeira duró cuatro años, en Colombia Duque fue todo un desastre, y qué tuvo que pasar, que el péndulo volvió a la izquierda. Ahora lo que tiene que pasar es que la derecha esté muy bien preparada, tener una muy buena estrategia para que cuando el viento cambie de nueva cuenta a la derecha; y va a soplar, porque así es la política, pendular, y no solo en México en todos lados”.

 

-Prepararse mientras están fuera del gobierno para cuando el péndulo cambie o hagan bien, pero muy pocos lo hacen, ¿qué tienen que hacer?

-Si, es llegar a aplicar el proyecto de nación, es saber a qué llega uno y cómo va a minar las bases de apoyo del adversario; las izquierda, qué hacen en nuestra región: construir bolsas clientelares, tienen secciones en los países donde tienen presos a los pobres de sus propios programas sociales, los condicionan políticamente, es empezar a desarmar todo eso para darle al pobre la posibilidad de la dignidad laboral y como efecto desarmar esa lealtad económica clientelar a los populismos de izquierdas. Esto no lo hizo ni Macri, Piñeira, Duque y por eso la izquierda termina volviendo muy pronto”.

Finalmente, con La Batalla Cultural, Reflexiones Críticas para una Nueva Derecha, Agustín Laje pretende brindar las herramientas necesarias para que una Nueva Derecha pueda ver la luz, utilizando experiencias de múltiples países y contextos. Este libro oportuno es un manifiesto para todos que informará, animará y empoderará a las personas para seguir participando en la guerra cultural que sigue perjudicando a la sociedad en general.

 

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