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¿Época de cambios o Cambio de época?

Charlas en la Cafetería del Barrio

Por Alberto Mora

@alberto_mora

-La diferencia entre una “Época de cambios” y un “Cambio de época”, ha sido objeto de análisis por numerosos sociólogos, historiadores y filósofos.

“Este contraste no es meramente terminológico, implica una distinción conceptual profunda sobre la naturaleza y alcance de los procesos históricos y sociales.

“La historia de América Latina está marcada por periodos de épocas de cambios que representan ajustes en las estructuras existentes y cambios de época que transformaron radicalmente el paradigma sociopolítico y económico.

“La clave para diferenciarlos está en observar si el evento o proceso mantiene o rompe con las estructuras fundamentales del orden social vigente”.

Así inicia hoy la charla en la cafetería del barrio El Profesor, acompañado por un par de colegas; se da un espacio para disfrutar dos de sus más grandes pasiones: Los cafés tostados por el Taller de Espresso y el intercambio de opiniones sobre temas de actualidad.

Miguel toma la palabra para reconocer que una “Época de cambios” se caracteriza por ser un periodo en el que se producen transformaciones significativas en ámbitos específicos, político, económico, cultural o tecnológico, dentro de un marco estructural más o menos estable. Y no necesariamente alteran los fundamentos de la civilización o el sistema vigente.

En contraste al “Cambio de época”, que implica una transformación radical y sistémica que afecta las estructuras fundamentales de la sociedad, los valores predominantes y las formas de organización. Enfatizando que este tipo de transformación no solo introduce novedades, sino que redefine completamente el marco dentro del cual se desarrolla la vida humana.

Edgar se incorpora a la charla después de solicitar su segundo espresso cortado y afirma categórico:

Thomas Kuhn.

“Época de cambios” no necesariamente altera los fundamentos de la civilización o el sistema vigente.

Son transformaciones parciales, cambios dentro de un mismo paradigma o sistema dominante; tiene una continuidad estructural; las instituciones básicas y los valores predominantes permanecen intactos.

“Los cambios suelen ser evolutivos y no implican una ruptura abrupta. Como referencia tenemos a Fernand Braudel o Anthony Giddens que en su libro The Consequences of Modernityque, en los 90’s, explica claramente cómo se dan los cambios dentro de la modernidad, sin que estos signifiquen necesariamente el abandono del paradigma moderno”.

Miguel retoma la palabra para enriquecer la charla comentando:

-¡Cierto! Zygmunt Bauman, Immanuel Wallerstein y Thomas Kuhn lo documentan ampliamente. Las características de un “Cambio de época”, son la transformación total, la ruptura estructural e incluso un ritmo discontinuo.

“Se experimentan cambios multidimensionales que afectan la economía, la política, la cultura y la cosmovisión. Se abandona un sistema de pensamiento en favor de otro. Suele dar vida a crisis profundas y rupturas abruptas que marcan un antes y un después en la historia.

“Mientras que una “Época de cambios” introduce ajustes dentro de un sistema, un “Cambio de época” redefine las reglas del juego.

“Comprender esta distinción ayuda a analizar fenómenos históricos con mayor precisión. Como lo plantea Kuhn, los momentos de cambio paradigmático son puntos de inflexión que marcan un nuevo horizonte, mientras que las “Épocas de cambios” reflejan la dinámica natural de adaptación y evolución en un sistema existente”.

El Profe solicita la cuenta y a manera de conclusión afirma:

-A mí me queda claro que estamos inmersos en un “Cambio de época”, con características muy claras. Una globalización tecnológica, compleja, marcada por la interdependencia económica y las tensiones geopolíticas. La tecnología ha intensificado la conexión global, pero también ha profundizado las desigualdades. Una crisis climática que afecta todos los aspectos de la vida, desde la economía hasta los patrones migratorios y la seguridad. Una transformación digital, donde la inteligencia artificial, el big data y la automatización están redefiniendo las relaciones laborales, la educación y la política.

“Sin duda sufrimos una crisis de gobernanza con una escalada de polarización política y falta de legitimidad de las instituciones tradicionales, se están generando tensiones sociales y descontento.

“Hay una reconfiguración cultural, un auge de identidades múltiples, movimientos sociales como el feminismo, el antirracismo y la lucha por otros derechos más amplios.

“Estamos frente a desafíos demográficos importantes. El envejecimiento de la población en países desarrollados y el crecimiento poblacional desigual en regiones en desarrollo.

“Me atrevo a reconocer como retos principales combatir las brechas económicas, sociales y tecnológicas que generan exclusión y marginalización. Preparar a las nuevas generaciones para un mercado laboral en transformación. La reconstrucción de la confianza, de credibilidad en las instituciones democráticas y gubernamentales. La gestión migratoria, enfrentando los flujos con políticas humanitarias y sostenibles y el fortalecimiento de la cohesión social. Combatir la polarización y fomentar el diálogo intercultural.

“Se debe redefinir el pacto entre gobiernos, ciudadanos y empresas para enfrentar los desafíos del presente y del futuro. Debemos fomentar el respeto mutuo, el diálogo y la resolución pacífica de conflictos.

“En este segundo cuarto del siglo XXI, el éxito en el “Cambio de época” dependerá de la capacidad colectiva para redefinir las prioridades sociales, integrar nuevas perspectivas y construir un futuro más justo, sostenible y equilibrado”.

 

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