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Sindicalismo y Desarrollo Económico

Por Alfonso Gómez Godínez

@ponchogomezg

Diversas noticas económicas han llamado la atención y todas parecen tener un hilo conductor. Por un lado, a nivel internacional, se afirma que empresas ubicadas en China trabajan en una estrategia de relocalización industrial a nivel global. En el mismo contexto se señala que Tesla a puesto sus ojos en México y, de entrada, tanto Nuevo León como Estado de México levantan la mano para recibir a dicha empresa. Por su parte, en Jalisco nos reposicionamos como la entidad líder nacional en la generación de empleos.

La competencia por la atracción de las inversiones es la marca de la casa de la nueva economía. Las viejas teorías de la ventaja comparativa se han reformulado y se resaltan los nuevos factores que alientan la competitividad de las naciones. En este sentido, la dotación de recursos adquiere una visión dinámica e innovadora. La teoría económica moderna incorpora novedosos factores para explicar las motivaciones de atracción de nuevas inversiones.

Nuevos factores han surgido superando las añejas ideas de la abundancia de recursos naturales y laborales como determinantes, fundamentales para la competitividad y movilización de inversión.

Hoy la competencia no solo es entre naciones, sino que la lucha por la atracción de inversiones se traslada al ámbito geográfico regional, estatal e inclusive municipal. Las empresas de hoy visualizan nuevos entornos para instalar sus plantas y procesos. Aquí queremos reconocer la trascendencia del mundo laboral en cada espacio geográfico como factor de competitividad. Su localización en naciones y regiones se determina por la existencia de incentivos institucionales, económicos y sociales.

Un indicador fundamental que explica la localización de empresas e industrias en determinados lugares es la existencia de marcos institucionales y legales que garanticen condiciones para la vigencia del Estado de Derecho, la armonía social y la paz laboral. Estos factores son considerados como prioritarios en la generación de los indicadores globales de competitividad.

Para consolidar y fortalecer una economía dinámica, competitiva, con capacidad para transformarse y enfrentar con éxito los desafíos de los mercados, se requiere como nunca incorporar la trascendencia y responsabilidad que tiene el sindicalismo laboral.

La competitividad no puede limitarse a la solo visión del empresariado, de las estrategias industriales, logísticas y de mercadotecnia. Con la irrupción de Japón en el mercado mundial a principios de los años setenta del siglo pasado, se puso de relevancia la importancia del mundo laboral como base del éxito económico del país asiático.

Es de enorme relevancia que el movimiento obrero organizado impulse mecanismos institucionales para la paz laboral y a la par le sea reconocida su trascendencia en el presente y futuro económico.

En una nueva visión de competitividad para la atracción de inversiones se tiene que rebasar el enfoque de que el aporte de los trabajadores se limita a la adquisición de nuevas capacidades y habilidades en el mundo de las nuevas tecnologías. Los trabajadores y sus organizaciones sindicales deben estar en la posibilidad de contribuir a la generación de un entorno de certidumbre, paz y armonía social.

Lo anterior no es cuestión de sumisión, de abandonar reivindicaciones, de un oportunismo colaboracionista, sino de asumir un papel crucial en la definición y consolidación de nuevas instituciones que promuevan el Estado de Derecho y la justicia laboral.

Estamos ciertos que, próximamente, el movimiento obrero de Jalisco dará un gran paso en ese sentido. El despliegue de un marco institucional donde los sindicatos de Jalisco sean protagonistas del crecimiento y desarrollo económico de Jalisco.

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