NOTA DEL EDITOR
Por Julio César Hernández
@jcentresemana
Después de lo sucedido todos estos últimos días en Nuevo León con el caso de Samuel García Sepúlveda y el espectáculo montado en torno a su licencia como gobernador de Nuevo León, donde hubo protagonistas a diestra y siniestra como el Congreso del Estado, el Tribunal Federal Electoral del Poder Judicial, el Tribunal de Justicia del Estado y hasta la Suprema Corte de Justicia de la Nación, no pocos nos preguntamos: ¿Sabrá aprovechar políticamente todo este “tinglado” jurídico-político la coalición Fuerza y Corazón por México a favor de su precandidata Xóchitl Gálvez Ruiz?
Al momento de la publicación de esta edición de Opinión Política seguramente ya se habrá acordado en qué calidad se encuentra García Sepúlveda: si como gobernador constitucional en funciones o aún como gobernador con licencia, en tanto despacha como Mandatario interino el ex vicefiscal Luis Enrique Orozco Suárez, designado por el Congreso del Estado neolonés.
Pero si bien es el punto medular de toda esta novela político-electoral, habrá que ver cómo Xóchitl Gálvez y su equipo capitalizan el desgaste que significó este caso para Movimiento Ciudadano que podría perder a su mejor “carta” mediática al que le apostaban para arrebatarle votos a esta coalición opositora, aún y cuando pudiera haberlo hecho también a la coalición que encabeza Morena.
La duda es: ¿Qué harán Xóchitl Gálvez, Max Cortázar, Kenia López y Santiago Creel ante este escenario que significa la caída de Samuel García? Y menciono estos nombres porque lo que hagan los dirigentes de los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, Marko Cortés, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano, tendrá pocos o nulos efectos entre la ciudadanía por el desprestigio que cargan. En cambio, la ejecución de la estrategia que lleva a cabo la precandidata presidencial es lo más importante, siempre y cuando no cometa errores garrafales que se prestan para ser nota nacional y, además, de que logre elevar el nivel de su discurso, de que su narrativa no se quede, como hasta ahora, sólo en el “golpeteo” a los adversarios.
Quiérase o no, de confirmarse y concretarse la salida de Samuel García de la carrera presidencial, el Frente Amplio por México se quita, quizás momentáneamente, a un adversario muy incómodo cuyo futuro era muy incierto, pues mientras hay quienes apostaban a que el regiomontano despuntaba para desplazar a Gálvez Ruiz de la segunda posición en las encuestas, otros considerábamos que ante la falta de estructura -y en algunos estados de registro- como partido de Movimiento Ciudadano, difícilmente eso se iba a reflejar en las urnas el día de la elección, aunque sí podría registrarse en las encuestas como una mera intención del voto que, sin embargo podría elevar el índice de votación a su favor por aquello del papel que juega la percepción.
Mientras en Morena y aliados Claudia Sheinbaum actúa con cautela, sin meterse en “camisa de once varas” y dejando que sus adversarios se disputen la segunda posición, el Fuerza y Corazón por México tendrán que saber aprovechar este “resbalón” de Movimiento Ciudadano al quedar desactivada la candidatura del Mandatario neolonés, en espera de que encuentren otra carta que si bien no tendrá la competitividad de éste -aunque hay quienes se pronuncian porque postulen a su esposa, Mariana Rodríguez-, cuando menos que sí dé una pelea suficiente como para alcanzar una intención de voto de dos dígitos.
Pero, al mismo tiempo, el equipo de Xóchitl Gálvez tendrá que cuidar mucho a su candidata para que no siga dando tropiezos que, cuando menos, le han valido una zarandeada en las columnas políticas y artículos periodísticos donde se hace notar cómo no solamente no crece, sino que, por el contrario, va a la baja.
Así es que Xóchitl Gálvez y su “tropa” tienen la última palabra.
