Por Carlos Alberto Lara
Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura
@Reprocultura
Me encuentro fuera del país y leo con atención la nota de un diario que dice: “Influencer cierra vialidad en México para hacer un TikTok y se vuelve viral”. Cuando uno anda fuera del territorio nacional suele haber un cierto interés por las cosas que ocurren en él mientras no se está. Así fue que me dispuse a leer quién era ese nuevo imbécil que intentaba ingresar en la ociosa e inútil lógica adolescente de querer ser “El primer X en hacer Y”. Lo primero que veo es que el mote de “Fofo” del protagonista de la nota, hace justicia a su estructura física y mental. Un emeboide aparentemente con dinero y, aparentemente también, con eso que hoy llaman poder (seguidores).
Leo que el primate en cuestión quiso demostrar su educación escolar, cívica y vial, bloqueando una de las principales vialidades de la ciudad sintiéndose un rey. Lo hizo para compartir lo que él considera una hazaña con sus millones de seguidores en TikTok, diciendo que se trataba de una muestra de poder. Y así, sin más, se estacionó en medio del puente “Matute Remus” mientras los automovilistas tocaban el claxon sin parar y sin saber lo que ocurría. El video que acompaña a la nota muestra cómo este bípedo falto de atención, baja del auto y, una vez que logra ponerse en vertical, balbucea: “Aquí estamos, cerrando calles. La gente está molesta, pero deben de entender que llegó el rey de México”.
El secretario de Seguridad de Jalisco informó que fueron detenidas tres personas implicadas y que uno de ellos portaba un arma de fuego. Asimismo, dos vehículos de lujo, un cargador, varios cartuchos, un permiso de circulación falso y dos personas que quisieron interferir en el trabajo de la policía.
Días después me entero de que una manada de motociclistas creyó que sería una buena idea imitar la ocurrencia del “Fofo” (por aquello de querer ser los primeros X en hacer Y), así que bloquearon el paso a los automovilistas en el mismo puente. Lo hicieron bajo la consigna de que el “Fofo” no era el único que podía hacerlo. Vamos, una disputa zoológica por el territorio. Solo les faltó gritar golpeándose los pectorales.
Lo anterior preocupa porque demuestra que las autoridades no saben reaccionar ante estos arranques primarios de poder. Preocupa porque el vídeo del primer bloqueo contabilizó más de 680.000 reproducciones en pocos días; porque fueron miles quienes aplaudieron el hecho; porque una manada de primates decidió imitar esa actitud sin consecuencias; porque las autoridades lo único que atina a proponer es que hagan trabajo comunitario. Preocupa porque había un arma de fuego.
¿Qué sigue? ¿Acaso la foto y el video del “Fofo” en Tik-Tok barriendo y regando los alrededores del puente “Matute Remus” junto al Presidente Municipal? Estamos tan habituados a esa visión de la que hablaba Ítalo Calvino, de creer que todo lo que no es fotografiado (y ahora también videograbado) se pierde, como si nunca existiera, y que para realmente vivir debemos fotografiar (y videograbar) todo lo que podamos, y para fotografiar y videograbar todo lo que podamos, debemos vivir de la forma más fotografiable (y videograbable) posible, o considerar fotografiable (o videograbable) cada momento de la vida. Actitudes, dice, que llevan a la estupidez y a la locura.
Tenemos, pues, la estupidez aumentada, por un lado, y una preocupante falta de autoridad por el otro, debido a que quienes la ejercen se asumen solo como candidatos.
