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La esperanza de que Sheinbaum marque un rumbo diferente

TRIADA

Por Jorge Jaime Hernández

Muchas personas coinciden en que el país ha llegado a un punto muy álgido, donde los próximos días nos mostrará la cara que veremos en los siguientes seis años y la ruta que nos tocará seguir con todas las consecuencias que eso conlleva. La doctora Claudia Sheinbaum siempre ha mostrado su ideología izquierdista y ahora sería muy difícil que abandonara esta imagen, tomando en cuenta que es la abanderada de Morena para conseguir la meta de apoyar a los que menos tienen a través de los apoyos sociales que los vuelvan menos vulnerables. Aquí la situación a revisar es: ¿De qué manera percibe ella esta tarea?

¿Qué matiz le puede dar al curso de las cosas la presidente electa?

  1. a) EXTREMISMO. Donde el socialismo-comunismo es el fantasma que ronda y que con esta aplicación se lograría el fin último de la izquierda, donde el gobierno sería el principio y fin de la economía, la sociedad, la salud, la seguridad y, sin duda, el autoritarismo y dictadura. Todo esto al ejercer con este fin el manejo de los tres poderes: Ejecutivo, Legislativo y ahora también el Judicial. Este escenario a nadie conviene, donde la falta de libertad y el conformismo sería el sello… Venezuela o Cuba en América.
  2. b) MATIZ INTERMEDIO. En el que la economía mixta, con empresa privada y pública, seguirían dividiendo la generación de empleo y dinero a través de instituciones privadas y públicas, coexistiendo como durante mucho tiempo vivimos en la época del PRI cuando este partido era una aplanadora, pero que también tenía su ala izquierdista. Recordemos los gobiernos de Echeverría y López Portillo que iniciaron el gran endeudamiento de México pensando que estábamos sentados en la riqueza del petróleo y decían que nunca se iba a acabar. Pidiendo préstamos internacionales en dólares que sólo se usaron para malgastarlos en una borrachera de poder y sin ver a futuro, apostando a la petrolización del país, creando PEMEX.

En esta opción, Sheinbaum estaría respetando la economía, buscando la mejor manera de coexistir entre lo público y lo privado con algunos apoyos a los empresarios, matizando la meta de igualdad al no tener la influencia directa de AMLO y con la conciencia de tener que rendir cuentas de sus acciones con respuestas lógicas y sustentadas. Sin las características palabras del presidente saliente que, por cierto, siempre pidió a sus seguidores obediencia absoluta y credibilidad a nivel de fe.

Tenemos varias cartas a nuestro favor que si el gobierno federal utiliza, podría pasar a la historia como la primer mujer presidente que le dio a México una mejor forma de vida.

Este podría ser el escenario más viable, bajándole a la radicalización mostrada por el presidente originario de Macuspana, Tabasco, donde no existe el gris. Todo es blanco y negro. Fácil o difícil. A su favor o en su contra. Negros contra blancos y liberales contra conservadores. Esto podría pasar y si finca su gobierno, la nueva presidente podría trabajar por la unidad de México, fomentando la unidad.

  1. c) CAMBIO DE RUMBO. Este escenario, donde se cambie de meta y se regrese al seguimiento de las leyes de la oferta y la demanda, los índices de medición y el respeto a los emprendedores como fuente de empleos y aportaciones productivas para fomentar el aspiracionismo, evitando el conformismo, esto se ve lejos de ver.

Con este matiz se tendría al gobierno como regulador sólo de las cuestiones públicas y no como empresario generador de empleos, compitiendo con las empresas privadas. Es decir, volver al pensamiento neoliberal, apoyando fuertemente a los empresarios como fuente de empleos y fomentando la creación de instituciones de la sociedad civil.

Pero a pesar de todo, existen rubros que seguramente se tendrán que seguir a cualquier precio, pues de ello depende el voto de la mayoría para de que se sigan otorgando los apoyos, pensiones y programas sociales que se dan de manera universal y no para el que lo necesita.

Pero existen también los factores que tienen que ver con esta visión y que tienen gran peso para el próximo gobierno que inicia el próximo primero de octubre: la relación con los miembros del TMEC que el actual gobierno ha puesto en mala situación. La cuestión de la inseguridad y la aplicación de la política de abrazos y no balazos como parte del tratamiento al crimen organizado. Y cómo quedaría la función del Ejército en actividades policiales.

La deuda pública y el costo de la deuda con relación al porcentaje del PIB que esto representa, sin duda que será muy difícil de manejar ahora que en este sexenio se tomaron varios fondos y fideicomisos para el pago corriente… y no hay de donde rascarle. Se aumentó la deuda en 6.6 billones de pesos durante el gobierno y ahora, ¿De dónde se obtendrá dinero para el presupuesto?

Se ha dicho que se espera una reforma fiscal para que el gobierno federal pueda obtener más ingresos y nivelar el déficit que se tiene, sobre todo si quiere cumplir con las expectativas y promesas de campaña: las principales son la creación y apoyo de rutas ferroviarias, pensión aumentada y ampliada a mayores de sesenta años, la creación de un millón de nuevas viviendas a través del Infonavit. Sin hablar de la solución al problema de la salud y la falta de medicinas. Esto último que no será posible entre los primeros meses de su gobierno por la disponibilidad de medicina a nivel internacional.

Por todo esto, el panorama general no se ve muy alentador tomando en cuenta cómo nos ven desde afuera los inversionistas internacionales que le dan bajas calificaciones a México como país para invertir.

Recordemos los inicios del gobierno Peña Nieto cuando se hablaba del milagro económico de México y se puso en altos niveles de inversión a nuestro país por las altas expectativas, esto se tradujo en inversiones millonarias de empresas que vieron la oportunidad y la aprovecharon. Nuevas franquicias internacionales que ahora son parte del escenario económico del país.

Tenemos varias cartas a nuestro favor que si el gobierno federal utiliza, podría pasar a la historia como la primer mujer presidente que le dio a México una mejor forma de vida. Cartas como el Nearshoring, la organización de clústeres, la mayor cantidad de jóvenes en edad de trabajar que podrían sumar al PIB su aportación y el creciente interés por la comunicación electrónica, la Inteligencia Artificial y las tecnologías de la información.

La pregunta sigue siendo… ¿Cómo lo ve la próxima presidente de México? Esa es la cuestión. Medítalo.

 

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