Por Alfonso Gómez Godínez
@ponchogomezg
La nota económica de la semana tiene que ver con la reunión de líderes del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC 2023) que se celebró en la ciudad de San Francisco en Estados Unidos.
Es tal la relevancia de la APEC, que el presidente López Obrador, tan poco proclive a dichos eventos de tipo internacional, asistió y se reunió, entre otros liderazgos, con los tres más importantes para México dentro de la geoeconomía internacional: Biden, Trudeau y Xi Jinping.
A fines del siglo pasado, la región Asia-Pacífico se constituyó como la región económica y comercial más importante del mundo. Mirando la historia, el mundo ha transitado por zonas económicas dominantes como lo fueron en la antigüedad el Mar Mediterráneo y el Atlántico, a partir de la expansión colonial europea y ahora Asía- Pacifico. Lo trascedente es cómo el eje de la economía mundial se trasladó en las últimas décadas del espacio compartido de Europa y la costa este de los Estados Unidos al espacio del sudeste asiático y la costa oeste de Norteamérica.
Sin duda, el motor de esa relocalización del poder económico, tecnológico e industrial tiene que ver con el surgimiento en la década de los setentas del siglo 20 de los llamados “Tigres de Asia” que arribaron con gran fuerza a los mercados mundiales. A esos “Tigres de Asia”, conformados por Corea del Sur, Taiwán, Japón y Singapur, se sumó el “Dragón Chino” que vino a reconfigurar estructuralmente la economía mundial.
La fortaleza y dinamismo económico e industrial, tanto de los tigres como del dragón, jalaron e impulsaron la transformación de Hong Kong, Malasia, Tailandia, Indonesia y recientemente Vietnam. Frente al dinamismo y vértigo de esa región, América Latina palidece en la mediocridad y el estancamiento.
La región de la APEC abre una oportunidad estratégica para México. No cabe duda de que nuestro país ha sido como el jugador que ha dejado pasar grandes oportunidades en su vida deportiva. En las últimas décadas dejamos pasar los enormes ingresos petroleros por el boom de los precios del energético, el acceso a grandes cantidades de financiamiento externo, el bono demográfico, la alternancia democrática, la vecindad con el mercado más grande del mundo, y otras más.
Si la APEC será por décadas el espacio dominante de la economía mundial, México tiene la oportunidad estratégica de jugar un papel relevante y poder convertirse en una fuerte potencia industrial. Su ubicación geográfica entre los flujos de Asía/ Pacifico y específicamente con el mercado y la costa oeste de Norteamérica nos otorga una ventaja única.
Los debates sobre la renovada importancia de la “cercanía a los mercados”, sobre la importancia de “los costos bajos”, la “dotación y abundancia de recursos naturales”, debe ser aprovechada por México y perfilares como un engrane fundamental de la zona económica de la APEC. Jugar en las grandes ligas de la economía mundial es una condición necesaria para la prosperidad de nuestro país.
