Opinión Política
REPORTAJE

Ibarra Pedroza, el viejo lobo de la política

Significativo homenaje por su cumpleaños de vida y de carrera pública en la política, se le rindió como a ningún otro político se le había organizado. Hay quienes lo ven como el relevo natural de Alfaro si éste pide licencia.

 

Por Julio César Hernández

Con 70 años de edad y 55 de carrera política, Juan Enrique Ibarra Pedroza nunca se imaginó que al renunciar a su larga militancia de décadas en el Partido Revolucionario Institucional (PRI), iba a poder cumplir algunos de sus más preciados sueños, como ser presidente municipal de Guadalajara y, quizás, hasta gobernador de Jalisco.

Quizás debe de estar agradecido con el ex dirigente nacional priista, Roberto Madrazo Pintado, quien lo traicionó y se interpuso para que no se convirtiera en el dirigente estatal del PRI en Jalisco, otra aspiración largamente acariciada por el político de Tototlán, abriéndole paso para que se iniciara la etapa de los “Javieres”: Galván Guerrero -que en paz descanse- y Guízar Macías.

Gracias a ello, se convirtió en candidato del Partido de la Revolución Democrática a la gubernatura en 2006, al tiempo que negoció con este partido que Enrique Alfaro Ramírez fuera candidato plurinominal al Congreso del Estado, cargo que asumió en febrero del 2007 como parte de la controvertida 58 Legislatura. A partir de ahí, comenzó una historia que hoy tiene a Alfaro como gobernador del Estado y a Ibarra como secretario general de Gobierno.

Esta historia tuvo su antecedente en las filas priistas donde Ibarra Pedroza se convirtió prácticamente en tutor político del llamado Grupo Compacto que, con Enrique Alfaro e Ismael del Toro, entre otros como integrantes, renunciaron al Revolucionario Institucional. A partir de entonces, iniciaron el recorrido del camino que hoy los tiene con el poder político en sus manos en el estado.

MAESTRO. Con Enrique Alfaro, cuando ambos eran perredistas.

Quizás nada de esto se imaginó Ibarra Pedroza que sucedería el día que dijo adiós al PRI después de poco más de tres décadas de formar parte de sus filas.

Como representante del PRI en el entonces Instituto Federal Electoral (IFE), en la época de José Woldenberg, y diputado federal en diversas ocasiones, la más reciente bajo las siglas del Partido del Trabajo, logró “tejer” una serie de relaciones en las altas esferas políticas del país que hoy lo siguen considerando como uno de los políticos jaliscienses más completos y bien formados.

Ibarra Pedroza es de esos animales políticos que saben medir los tiempos y estar en el lugar indicado, en el momento indicado. Ni más ni menos.

Y eso lo llevó a ser presidente municipal de Guadalajara donde alguna vez, muy joven, colaboró con don Arnulfo Villaseñor Saavedra, quien fue uno de sus grandes maestros al igual que Reyes Rodolfo Flores Zaragoza. Hoy su retrato está colgado en el Salón de Ex Presidentes Municipales, luego de asumir el cargo en calidad de sustituto tras la salida de Alfaro Ramírez para ir en busca de la candidatura al gobierno estatal.

Ese tino que sólo la sensibilidad, experiencia y capacidad política otorgan para estar en ese lugar y tiempo adecuado, es lo que ha generado la apuesta en el ámbito político de que puede convertirse en gobernador de Jalisco en las postrimerías del sexenio alfarista si el Mandatario estatal solicita licencia al cargo para estar en el frente del trabajo político-electoral con rumbo al 2024.

 

NI DERECHA, CENTRO O IZQUIERDA

Como presidente del Consejo Ciudadano Estatal del partido Movimiento Ciudadano, en vísperas de las elecciones del 2015, Ibarra Pedroza se encargó de disipar cualquier discusión sobre la posición de este partido en la geografía política, cuando le cuestionaron que su partido carecía de una identidad ideológica o que temía declararse abiertamente de izquierda.

Ibarra Pedroza resolvió así cualquier duda:

“Nosotros no estamos en esa complicación. Claro que somos un partido progresista, comprometido con las causas de las personas, causas ciudadanas, pero no nos vamos a la inestabilidad de interminables debates en estos trazos (izquierda, centro o derecha); queremos que surjan gobiernos eficientes, honestos, que cumplan con la gente, que no practiquen la corrupción y den resultados”.

Cuando se le pregunto que si en esta postura, estaban abiertos a recibir a los de derecha como a los de centro e izquierda, dijo:

“Nosotros no practicamos exorcismos. Cuando hay personas aclimatadas en el ánimo social que sean presentables ante la gente y su comunidad, desde luego que son bienvenidos, e insisto: no tenemos perjuicios…”.

FUTURISMO. Hay quien lo ve como el relevo natural, de manera interina, de Alfaro.

HOMENAJE CON MENSAJE

El reciente homenaje del que fue objeto ampliamente la semana pasada, se ha interpretado como un evento con un alto significado político no sólo por el personaje central sino más bien por lo que se viene más adelante, concretamente con respecto al 2024.

Es cierto que Ibarra Pedroza ha revelado que ya no aspira a ser candidato a ningún otro cargo de elección popular, pero eso no implica que no aspire a ocupar otro cargo de elección popular al que podría llegar sin necesidad de pasar por el filtro de las boletas y las urnas, como es la titularidad del Poder Ejecutivo.

Al menos así se advierte entre la clase política que ha interpretado el magno evento celebrado en la Expo Guadalajara como el anuncio de que el hoy secretario general de Gobierno puede mudarse de oficina en el mismo Palacio de Gobierno.

Y es que en el horizonte naranja no hay otro mejor perfil que el de Enrique Ibarra Pedroza para ocupar el espacio que dejaría Alfaro Ramírez en caso de solicitar licencia al cargo. Incluso, no falta quien argumente que tanto en Guadalajara como ahora en Jalisco, estaba escrito en el guión de Movimiento Ciudadano el 1-2 de Alfaro e Ibarra.

 

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