La presidenta electa de la República declaró como “prioritaria” la reforma para regresarle a los diputados y alcaldes su período de tres años y a los senadores de seis. Sin embargo, al interior de Morena hay resistencia a la modificación.
Por Julio César Hernández
Mientras hoy en Jalisco arrancan -fuera de la Ciudad de México-, los foros de consulta para la reforma al Poder Judicial que el presidente Andrés Manuel López Obrador pretende que se apruebe en el último mes -septiembre- de su mandato, la presidenta electa, Claudia Sheinbaum Pardo, anunció desde su arranque de campaña en el Zócalo capitalino, y lo ha reiterado cuando la ocasión lo amerita, que una de sus reformas prioritarias será echar abajo la reelección de senadores y diputados y quizás hasta de presidentes municipales.
Esa propuesta, sin embargo, ha generado opiniones encontradas entre los personajes políticos de diversos partidos políticos, pero hasta el momento la ciudadanía no se ha pronunciado al respecto. Las organizaciones civiles escucharon el pronunciamiento, pero han guardado silencio, seguramente por lo controvertido del tema y porque los resultados en su aplicación han sido de claroscuros.
Desde el Zócalo de la Ciudad de México, como arranque de campaña a la presidencia de la República, Sheinbaum Pardo sorprendió a propios y extraños cuando, entre otras reformas, planteó su postura respecto al tema de la reelección aprobada en 2014, pero que entraría en vigor en el 2021 para diputados y en el 2024 para senadores, aunque para los presidentes municipales se aplicó en la elección del 2018.
Frente a sus simpatizantes, anunció que de ganar las elecciones presentaría una reforma constitucional “para recuperar la consigna que dio origen a la Revolución Mexicana y quedó plasmada en la Constitución de 1917: Sufragio efectivo, no reelección”.
“Mi propuesta es que no haya reelección (…). Que los diputados deben regresar a sus tres años y los senadores a sus seis años”.
Si bien el anuncio fue festejado y aplaudido por los miles de asistentes en la plaza del Zócalo, entre la clase política, incluso de Morena mismo, cayó como “balde de agua fría” y algunos reaccionaron en contra de dicha propuesta, otros fueron más cautos, pero en la oposición fue rechazada.
Lo anterior provocó que días después la hoy presidenta electa matizara su propuesta, y al anuncio de que presentaría su iniciativa de reforma al Congreso de la Unión la dosificó en un mitin que tuvo en Cadareyta, Querétaro, al decir que antes será sometida a una consulta popular. Lo dijo así:
“Se regresó a que los senadores, diputados, pudiera reelegirse. ¿Qué opinan todos? ¿Qué decía la Revolución Mexicana? -preguntó-. Pues lo vamos a poner a consulta. Mi propuesta es que no haya reelección -dijo convencida-. Lo vamos a poner en consulta para la definición del pueblo de México, porque debe haber sustitución de personas, que no se asuma que está concentrado en una persona. Y hasta 2030, porque ya le tocará al siguiente presidente. Pero lo vamos a poner a consulta de los mexicanos y las mexicanas”.
Dijo que el regreso de la reelección “es algo del modelo neoliberal, y pues yo creo que los diputados deben regresar a sus tres años y los senadores a sus seis años. Y ya que no digan los presidentes municipales también. Vamos a poner a consulta y ya que decida el pueblo si hay o no reelección para los puestos de elección popular”.
2014, EL AÑO DE LA REELECCIÓN
Revocar el principio de la no reelección en la Constitución federal fue una tentación desde décadas atrás: con Miguel Alemán Velasco, con Luis Echeverría Álvarez y con Carlos Salinas de Gortari, a nivel presidencial. En ninguna prosperó por diversas causas.
Sin embargo, fue en la presidencia del priista Enrique Pela Nieto cuando en 2014, luego de una serie de discusiones, se aprobó modificar la Constitución y aprobar la reelección de senadores por un período más para cumplir 12 años en el cargo; de los diputados y federales hasta en tres ocasiones, para sumar también 12 años como legisladores; y solamente un período más para los presidentes municipales que cerrarían con un período de seis años.
Los argumentos que en su momento esgrimieron los opositores a la reelección fueron: 1. Quien fue diputado por un distrito y nunca dio la cara a sus representantes, buscaría ser candidato otra vez por otro distrito, con lo que no solo desincentiva la responsabilidad, sino que premia la irresponsabilidad; 2. Reactivación de los cacicazgos locales; 3. Estancamiento de la clase legislativa al no renovarse; 4. Personalismo que genere regionalismo, corrupción y fin de la disciplina en las bancadas; 5. Los funcionarios públicos que están en su segundo periodo son significativamente más corruptos que los que están en su primer periodo; 6. El control de los gobernadores y la filtración del narcotráfico y el crimen organizado en los gobiernos locales.
A su vez, quienes vieron con “buenos ojos” la reelección argumentaron: 1. Profesionaliza las carreras políticas. El prospecto de reelegirse y permanecer en el cargo por varios periodos consecutivos motiva a los legisladores y miembros de los ayuntamientos a informarse y aprender sobre diversas materias, a mejorar su técnica legislativa y a trabajar con mayor eficacia y disciplina; 2. Inyecta estabilidad política y legislativa; 3. Fortalece el carácter representativo de la democracia, so pena de ser castigados en las urnas; 4. Incentiva la elaboración de proyectos de largo plazo; 5. Propicia una relación armónica entre funcionarios electos y cúpulas partidistas; 6. Incrementa la eficacia; 7. Favorece la independencia del Congreso frente al Ejecutivo; 8. Permite la profesionalización de los legisladores; 9. Exige la rendición de cuentas frente a los ciudadanos; 10. Responsabilidad de los cuadros políticos, la profesionalización de los cuadros públicos y capacidad institucional; y 11. Continuidad en la planeación y los programas de gobierno.
Por el momento, a seis años de la reelección de presidentes municipales y diputados locales, y a tres de la de diputados federales, no podríamos afirmar que se cumplieron los pronósticos de quienes se opusieron a la reelección o de quienes fueron sus simpatizantes, pues a lo largo de estos años se dio una combinación de ambas argumentaciones.
Por otro lado, ya en 20128, los politólogos Ricardo Cortés Padilla y Miguel Ángel Sánchez Ramos, en su artículo titulado “Reelección en México: Reforma política de 2014”, publicado en la revista Apuntes Electorales del Instituto Electoral del Estado de México, advertían:
“… La reelección consecutiva de legisladores y presidentes municipales, aprobada a raíz de la reforma política de 2014, sigue siendo víctima de la partidocracia que se vive en el sistema político mexicano, ya que, en esta reforma, los partidos políticos se aseguraron de no perder el control de la designación de sus candidatos a cargos públicos, incluyendo a quienes aspiren a la reelección, debido a que el ordenamiento constitucional menciona que serán reelectos por el mismo partido por el que lo fueron por primera vez, a menos que hayan renunciado o perdido su militancia antes de la mitad de su mandato. Esto provoca que los aspirantes a la reelección tendrán que mantener la lealtad hacia sus partidos políticos para que éstos los puedan designar como candidatos a reelegirse, dejando en segundo término la lealtad a las bases sociales”.
Sin duda, este pronóstico se cumplió en los años de vigencia de la reelección.
OPOSICIÓN Y MORENISTAS PRO REELECCIÓN
Apenas dos días después de que Claudia Sheinbaum anunció en el Zócalo de que como presidenta de la República presentaría una iniciativa para revocar la reelección en México, legisladores morenistas se pronunciaron en contra, de acuerdo con un sondeo realizado por el periódico El Financiero.
El diputado Juan Ramiro Robledo, declaró que “yo estoy a favor de que continúe la reelección, porque estoy a favor de que haya una carrera parlamentaria. Los legisladores deben prepararse y ser gente especialista en los más diversos temas. Conviene tener parlamentarios cada vez más experimentados; es mejor que tener a los legisladores plurinominales”.
A su vez, la diputada morenista Aleida Álvarez también destacó las bondades de la reelección, pero dijo apoyar la propuesta de Sheinbaum Pardo: “Es una buena herramienta la reelección”, dijo.
Legisladores de oposición, entrevistados por el mismo matutino de cobertura nacional, se manifestaron en contra de desaparecer la reelección.
Rubén Moreira, del PRI, dijo que “es sólo demagogia y un distractor para no ver lo que sucede en el país con la violencia, la inseguridad y los muertos que cada día aumentan en el país”; Cynthia López Castro, también del PRI, declaró: “Es una locura, es autoritaria; es necesaria la profesionalización del trabajo parlamentario, además de que hoy ya es un derecho constitucional”; Jorge Triana, del PAN, expresó: “Va en sentido contrario a la profesionalización parlamentaria, por lo que no podríamos estar más en desacuerdo”; y Jesús Zambrano Grijalva, ex dirigente del extinto PRD, apuntó: “Debe dejarse un tiempo como experimento (la reelección), y no andar dando tumbos. Fue una demanda de la sociedad civil, de los especialistas, los expertos, de los académicos. Se debe seguir con este experimento y si llega haber algún inconveniente, entonces sí revisarse, pero por el momento no”.
LA REELECCIÓN EN NÚMEROS
Posiblemente no le sea fácil a Claudia Sheinbaum convencer a los propios morenistas de dar marcha atrás con la reelección, pero nadie duda que por disciplina partidista y porque es decisión de quien ya para entonces será presidenta de México, los legisladores de Morena terminarán aprobando su reforma si la consulta popular a la que dijo será sometida le es favorable.
Sin embargo, han sido los legisladores de Morena los más beneficiados con la reelección, de acuerdo con las cifras reveladas en distintos estudios al respecto.
Por ejemplo, en las elecciones intermedias del 2021 se reeligieron 77 diputados locales donde se renovó su Congreso estatal, mientras que en la Cámara de Diputados ese mismo año se reeligieron 145 diputados de los 500.
En los comicios de este año, 277 legisladores federales lograron reelegirse, de los cuales 182, o sea el 65%, son de la coalición Sigamos Haciendo Historia (Morena-Verde-PT).
En los congresos locales los estados en donde hubo el mayor número de legisladores reelectos fueron: Ciudad de México, 19; Nuevo León, 16; Oaxaca, 13; Sonora, 11; Guerrero y el Estado de México con 10 cada uno.
“Para recuperar la consigna que dio origen a la Revolución Mexicana y quedó plasmada en la Constitución de 1917: Sufragio efectivo, no reelección”.
REELECCIÓN SÍ O REELECCIÓN NO
No será sino hasta que Claudia Sheinbaum asuma la presidencia de la República cuando se conozca bajó qué términos se efectuará la consulta popular sobre si se mantiene o se revoca la reelección de legisladores y presidentes municipales, aunque ella fue muy enfática al declarar que “mi propuesta es que no haya reelección (…). Que los diputados deben regresar a sus tres años y los senadores a sus seis años”.
Sin duda que la ya para entonces titular del Ejecutivo federal enfrentará resistencias al interior de Morena y de sus partidos aliados para revocar la reelección, pero no podemos descartar que una consulta popular “modelo Morena” pueda darle a Sheinbaum el resultado que ella quiere y concretar así una de las que llamó “reformas prioritarias” de su gobierno.
