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Cuidemos a Jalisco

NOTA DEL EDITOR

Por Julio César Hernández

@jcentresemana

Estamos prácticamente a una semana de que concluya el primer mes de campaña de los candidatos a la gubernatura y a cuatro días de que arranquen las correspondientes a los aspirantes a las presidencias municipales y diputaciones locales, lo que intensificará el activismo electoral a lo largo y ancho del estado.

Hace una semana también se efectuó el primer debate entre Claudia Delgadillo González, Laura Haro Ramírez y Jesús Pablo Lemus Navarro, y nos dieron un “adelanto” de lo que podemos esperar en los próximos dos meses de proselitismo: la intensificación del “golpeteo” entre los contendientes, con alto riesgo de que las propuestas, los proyectos de gobierno, el planteamiento a la solución de los problemas que padece Jalisco, particularmente el de la inseguridad pública, queden sumergidos por el “ruido” de los “dimes y diretes”.

Pero en este primer mes de actividad electoral se han registrado sucesos que no solamente no eran común en Jalisco en esta temporada, sino que ni siquiera nos imaginamos que pudieran suceder más allá de las amenazas denunciadas en el pasado proceso electoral que, por ejemplo, evitó que en Jilotlán de los Dolores hubiese candidatos y elección, de ahí que hoy gobierna un Concejo Municipal. Pero hora, además de un precandidato del partido Verde Ecologista asesinado en Mascota en la etapa de las precampañas, ya tenemos en los anales de la historia un periodista secuestrado y un candidato -presidente municipal con licencia- de la coalición Fuerza y Corazón por Jalisco asesinado, tres horas después de haber difundido un video en el que da a conocer su candidatura y a los integrantes de su planilla, en Pihuamo.

Dice el dicho: “El horno no está para bollos…”, y en este sentido todos los candidatos deben de ser no sólo cuidadosos con su discurso y sus acciones, sino responsables en lo que dicen y hacen para no “echarle más gasolina al fuego”.

En una entrevista con Radio Fórmula hace ocho días, el presidente estatal del PRI, Antonio Padilla, declaró que, durante el proceso previo al arranque de las campañas, siete candidatos de su partido se “bajaron” porque las condiciones de seguridad en sus municipios no eran las mejores para participar. Además, aseguró que en tres municipios del estado sólo se registró un candidato: el del partido Movimiento Ciudadano. Ningún otro partido registró candidato. Se abstuvo de mencionar los nombres de los municipios por razones de seguridad para su militancia, dijo.

Recuérdese que semanas atrás, un estudio de Integralia Consultores arrojó que Jalisco estaba entre las entidades con un nivel “muy alto” de riesgo de la “intervención del crimen organizado en las elecciones locales, junto con estados como Guerrero, Michoacán, Colima, Morelos y Chiapas.

Por eso los contendientes deben de anteponer la prudencia a cualquier ambición de ganar “a como dé lugar”. No quiero ser alarmista, pero la ciudadanía está en riesgo y los propios candidatos también. Las dirigencias de los partidos políticos lo saben. Y el gobierno del Estado también. Esa es la razón por la que los candidatos deben de concentrarse en ofertar propuestas, programas de gobierno viables, no en descalificar al adversario, no en “golpetear” al contrincante y, mucho menos, jugar con señalamientos o acusaciones que tengan que ver con la delincuencia organizada. Lanzar acusaciones sin sustento sólo para debilitar al de enfrente, también es delicado.

Apostémosle a los “qué’s” y a los “cómo’s”, para que el electorado llegue ante la urna con el conocimiento de lo que ofrece cada partido y pueda tener elementos para emitir un voto en conciencia, un sufragio que sea lo mejor para el estado y todos los jaliscienses.

De veras, Jalisco no está para que quienes buscan gobernarlo lo hagan bajo la premisa de que “el fin justifica los medios”. No, no va por ahí. Cuidemos a Jalisco. Ojalá y lo entiendan.

 

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