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Alondra y lo imposible

Por Carlos Lara G.

Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura

@Reprocultura

Alondra de la Parra es uno de los talentos mexicanos que ha sabido salir adelante pisando fuerte con o sin apoyo estatal. Ha sabido generar ecosistemas que invitan al patrocinazgo a impulsar el arte y la cultura a través de acciones con causa.

Para entender lo que acaba de hacer Alondra en Xcaret hay que leer su historia contada por Wilbert Torre en Todo por una manzana (Jus 2011), obra en la que relata el genio artístico de ocho personajes mexicanos que se abrieron paso en Nueva York, que superaron frustraciones y fracasos, pero que al mismo tiempo logrando algunos deseos. Es ahí donde Alondra forjó gran parte de su carácter, de su pasión y de su entrega a una profesión con causa. La Orquesta Filarmónica de las Américas sintetiza parte de estos atributos.

Acaba de reunir hace un par de días a 30 músicos destacados de 14 países diferentes con el propósito de apoyar causas sociales. Esto en el marco de un festival que lleva por nombre PAAX GNPO y en torno también a una agrupación cuyo nombre es “Imposible”. Tanto el Festival, cuya primera edición tuvo como escenario el Hotel Xcaret Arte, como la Sinfonía Imposible son, como bien ha señalado, una plataforma cultural, un punto de creatividad, esperanza e inspiración.

La palabra imposible que porta la orquesta hace referencia a las dificultades de coordinar y juntar a algunos de los mejores solistas del mundo en un mismo ensamble. Pues eso es lo que ha hecho mediante un modelo de gestión que logró atraer el interés y apoyo de la empresa GNP. Un modelo que tiene además la virtud de generar un fondo semilla con causa a través de la recaudación.

Tanto el talento reunido como el repertorio desarrollado, acertado y significativo en la línea de lo socioculturalmente responsable, ponen el acento del festival y la orquesta. Los ocho movimientos de la sinfonía abordan temáticas socioculturalmente convocantes, tales como la equidad de género. Aquí, por ejemplo, han realizado una interpretación que solo puede ser ejecutada si al frente de los instrumentos hay una alineación paritaria de hombres y mujeres. Otras temáticas son el cambio climático, la migración y la falta de empatía, donde La Sinfonía Imposible tiene movimientos altamente creativos. Alondra ha aprovechado este escenario para mostrar otros de los propósitos Festival PAAX GNP, como el estreno de proyectos artísticos que podrán mostrarse al mundo por primera vez y el denominado Armonía Social, en el que solicitas de La Orquesta Imposible impartirán clases a los niños de comunidades de la Península de Yucatán, quienes tendrán clases de iniciación previas y, llegado el momento, podrán tocar con ellos y conformar ensambles.

Un empresario -dice Wilbert Torre en su libro, citando a Paul Valery-, es el híbrido de una bailarina y una calculadora. Alondra de la Parra, dice, es el prototipo del empresario total, con un añadido imposible de pasar por alto: es tan audaz como para hacer cosas imprudentes, y tiene eso que Martín Luís Guzmán llamaba “El genio de la acción”, más buena suerte que un gato de siete vidas, una suerte que con frecuencia le permite sortear las dificultades en las que se mete. En efecto, podemos decir incluso, que la forma en que genera e impulsa el compromiso social mediante el patrocinazgo, desafía el propio efecto Baumol en el mundo de las artes. Esa es Alondra y su relación con lo imposible.

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