Opinión Política
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¿A quién sirve las campañas anticipadas?

Charlas en la Cafetería del Barrio

Por Alberto Mora

@alberto_mora 

-La alfabetización electoral, la mediática, la verificación de hechos y la promoción de fuentes confiables de información, son algunas de las estrategias que deberían de aplicar los políticos para combatir la desinformación, ya que decidieron anticipar sus campañas.

“La Ley Electoral debería ser una herramienta que  asegure la transparencia, la legalidad y la participación efectiva de las personas en los procesos políticos, en la postulación de candidatos y la elección de gobernantes y representantes.

“Sin embargo, los políticos y sus asesores en comunicación usan las técnicas de desinformación para propagar rápidamente información falsa, engañosa, políticamente irrelevante o incorrecta con el objetivo de manipular e influir en la opinión pública”.

Así arranca la charla en la cafetería del barrio Manuel, estudiante de Derecho, cafetero y miembro del Consejo Estudiantil en su Universidad. Lili, su prima, con la que comparte el gusto por el café, solicita más hielos, otra botella de coldbrew y más agua tónica para mezclar con el café macerado en frío.

-Se aprovechan de las emociones -continúa Manuel con la charla- de los sesgos cognitivos y de la falta de verificación de los usuarios para difundirnos información falaz, insidiosa y mentirosa.

Lili, bloguera, comunicadora autodidacta, interrumpe para continuar la charla en su terreno de conocimiento:

-Aunque el término «perversiones de la comunicación» no se utiliza comúnmente en el campo de la comunicación, sí es posible que podamos identificar ciertos fenómenos o prácticas comunicativas que pueden considerarse problemáticas o distorsionadas.

“Por ejemplo, cuando omiten o distorsionan la información con el fin de influir en la percepción de los receptores y obtener ciertos resultados. Esa costumbrita de responder que ellos “tienen otros datos”. O la transmisión deliberada de información falsa con el propósito de engañar a los receptores. Como cada año, cuando llega el momento de la presentación de “Los Informes” donde gastan un dineral en medios de comunicación, para promover sus discursos políticos y sus campañas publicitarias.

“O los que se la pasan filtrando rumores y chismes maliciosos, información no verificada o falsa sobre otras personas o situaciones con el objetivo de dañar reputaciones y causar conflictos. O los que usan la comunicación para amenazar, humillar o causar daño psicológico a alguien, a través de insultos, difamación, o ciberacoso. Los que discriminan a ciertos grupos de personas debido a su raza, género, religión, orientación sexual, entre otros aspectos. Y los que deveras hacen que se me haga nudo el estómago, son los que se la pasan promoviendo discursos de odio, incitando a la violencia, la discriminación, al prejuicio hacia un grupo específico de personas. Dividiendo a comunidades, entidades o al país entero en “buenos y malos”: los que me siguen son “buenos,” los que piensan diferente son “traidores a la patria.” ¡No se vale! Al final los políticos se arreglan, pero las personas quedan en pleito.

“Ninguna de estas prácticas son deseables en una comunicación ciudadana saludable y respetuosa. La ética y la responsabilidad en la comunicación son fundamentales para evitar estas perversiones y promover un intercambio de ideas constructivo y respetuoso, para mantener un ambiente social sano, solidario, productivo”.

Lili hace una pausa para saborear su coldbrew, entonces Manuel retoma la charla y a manera de conclusión expresa:

-Las campañas político-electorales tienen como objetivo principal influir en la opinión y el comportamiento de los votantes, persuadirlos de apoyar al candidato y lograr que acudan a las urnas para votar.

“Por su parte, el derecho electoral debe servir para garantizar la democracia, proteger los derechos políticos de los ciudadanos, establecer reglas y procedimientos para las elecciones, regular la financiación de las campañas y resolver disputas electorales. Hasta ahora, el derecho electoral está al servicio de los políticos y no de los electores, porque la desinformación que refieres y que se presenta en diferentes formas, como noticias falsas, rumores, teorías de conspiración y propaganda, no promueve una agenda política o ideológica, más bien generan confusión, desacreditan a personas, instituciones, y causan daños económicos y sociales.

“Las campañas deberían desempeñar un papel pedagógico y no de diversión. Ayudaría más a los ciudadanos que en los procesos democráticos, en sus actos anticipados de campaña, los candidatos presentaran sus ideas para poder permitir a los ciudadanos tomar decisiones informadas sobre quién ocupará los cargos públicos. Menos fotos con boxeadores, corredores de autos, futbolistas o cantantes. Más transparente agenda de gobierno, mejores equipos de trabajo, más trabajo en equipo”.

 

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