Opinión Política
ANÁLISIS

Sheinbaum y Morena muestran músculo político y refrendan continuidad de la 4T

Morena y las fuerzas políticas que integran la llamada Cuarta Transformación exhibieron este sábado su capacidad de movilización en el Zócalo de la Ciudad de México, al conmemorar siete años de la llegada del movimiento al Ejecutivo.

 

Por Ángel Nakamura
Ante miles de simpatizantes, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo reafirmó que su gobierno no representa una etapa de ruptura, sino la continuidad y profundización del proyecto iniciado en 2018, al que definió como una transformación estructural de la vida pública del país.

Desde el templete instalado frente a Palacio Nacional, Sheinbaum hizo un balance de los que consideró los principales avances alcanzados desde el inicio de los gobiernos morenistas. Destacó el incremento al salario mínimo, la expansión de los programas sociales dirigidos a adultos mayores, jóvenes y sectores vulnerables, así como la construcción de infraestructura educativa y de obras públicas en distintas regiones del país.

En su discurso, subrayó que estas políticas han buscado revertir décadas de abandono social y consolidar un nuevo modelo de desarrollo con énfasis en la justicia social.
En paralelo al recuento de resultados, la presidenta endureció el tono frente a sus adversarios políticos. Aludió a los expresidentes Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto y Ernesto Zedillo, a quienes responsabilizó de gestiones marcadas por decisiones cuestionables y de haber representado, a su juicio, un modelo agotado de ejercicio del poder. Sostuvo que los ataques en su contra y contra su gobierno no han logrado mermar el respaldo popular del que goza el proyecto de la Cuarta Transformación.

 

La presidenta hace referencia a las campañas de desprestigio
Sheinbaum también hizo referencia a lo que calificó como campañas de desprestigio en redes sociales, alianzas con grupos de interés y estrategias de desinformación.
Frente a ello, aseguró que ni las operaciones mediáticas ni las presiones externas podrán revertir la voluntad de la mayoría de la ciudadanía. Afirmó que, pese a los intentos por proyectar una imagen de fragilidad democrática en el país, la legitimidad de su gobierno se sostiene en el respaldo del electorado.

En un momento particularmente relevante de su mensaje, la presidenta marcó una postura firme ante las críticas recientes por los estilos de vida de algunos integrantes de Morena.
Llamó a su movimiento a ser congruente con el principio de austeridad republicana, al sostener que no existe justificación ética ni política para que servidores públicos vivan rodeados de lujos en un país donde una parte significativa de la población subsiste con ingresos mínimos. La austeridad, dijo, no es un lema retórico, sino una obligación moral para quienes dicen representar un proyecto de transformación.

 

Sheinbaum se refiere al contexto político de Norteamérica
En materia internacional, Sheinbaum se refirió a su reciente visita a Washington y a la reunión trilateral con sus homólogos de Estados Unidos y Canadá.
Sin detallar los alcances del encuentro, sostuvo que la relación comercial con el vecino del norte se mantendrá estable, al considerar que ambas economías son interdependientes frente a la competencia global. En ese mismo contexto, envió un mensaje de reconocimiento a las comunidades migrantes, a quienes volvió a calificar como un pilar fundamental para la economía nacional.
Durante el acto también agradeció públicamente al Congreso de la Unión por la aprobación de la reforma a la Ley de Aguas Nacionales, la cual, dijo, representa un paso decisivo para recuperar el carácter público del agua, garantizar su acceso como derecho humano y evitar su concentración en manos de unos cuantos. La mandataria pidió un aplauso para diputadas, diputados y senadores, a quienes reconoció como actores clave de una decisión que calificó de trascendental para el país.

Sheinbaum no dejó pasar la oportunidad para referirse a la movilización convocada el pasado 15 de noviembre por el Movimiento de la Generación Z, a la que restó representatividad al afirmar que la mayoría de las y los jóvenes se identifican con el proyecto de la Cuarta Transformación.
Desde el gobierno, ha tomado fuerza la narrativa de que detrás de esa protesta existieron campañas organizadas en redes sociales para amplificar su alcance.
El acto en el Zócalo no sólo fue un ejercicio de celebración simbólica por los siete años de la llegada de Morena a la Presidencia, sino también una demostración de fuerza política en un contexto marcado por tensiones internas, cuestionamientos sobre la congruencia del discurso de austeridad y un escenario internacional complejo.
Para la presidenta, el mensaje fue claro: el proyecto de la Cuarta Transformación no sólo continúa, sino que busca reafirmarse como el eje rector de su administración, con una base social que sigue siendo su principal fuente de legitimidad.

 

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