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Guadalajara es la perla de la corona

Por Gilberto Ortega Valdés

Analista

La frase “la perla de la corona” proviene del lenguaje de las monarquías europeas. Los reyes se referían así al territorio más valioso, próspero o estratégico de su dominio. Por ejemplo, para el Imperio Británico, la India era “la perla de la corona”, porque representaba el territorio con mayor riqueza y relevancia política.

En el caso de Jalisco, Guadalajara ha sido históricamente la Perla de la Corona. Es el centro que concentra el poder económico, político y cultural del estado. Desde sus orígenes coloniales hasta la actualidad, la capital tapatía ha sido el punto de encuentro de decisiones, talentos y disputas que definen el rumbo de toda la entidad.

Los últimos cinco gobernadores de Jalisco han salido de la Presidencia Municipal de Guadalajara. Quien gane la presidencia municipal de la capital del estado estará, prácticamente, en la antesala de la gubernatura.

Desde la elección del año 2000, cuando Francisco Ramírez Acuña obtuvo el triunfo y fue electo gobernador del Estado de Jalisco con una votación de 983,502 votos, hasta la más reciente elección en la que Pablo Lemus fue electo titular del Poder Ejecutivo con un millón 631 mil votos, todos han pasado por la Presidencia Municipal de Guadalajara.

El Palacio Municipal de Guadalajara se ha convertido en el semillero del poder estatal. La capital no solo otorga visibilidad y estructura política, sino también legitimidad social y territorial.

Guadalajara no solo es la Perla de la Corona por su historia o por su peso económico: es la ciudad que define el ritmo político y el pulso social de Jalisco. Quien la gobierna, gobierna también la narrativa del poder y el futuro de todo un estado.

Por ello, la elección de 2027 adquiere una relevancia especial. Aunque el tablero político comienza a definirse, la decisión de la primera presidenta municipal, Verónica Delgadillo, de buscar la reelección toma la delantera en el juego electoral. A esto se suma que ha realizado un gobierno cercano a la gente y que siete de cada diez tapatíos aprueban su gestión a un año de gobierno, percibiéndola —según el periódico Mural del 30 de septiembre de 2025— como “una persona confiable, honesta, cumplidora y con capacidad para dirigir”.

A un año y ocho meses de la elección intermedia, nada está escrito. El municipio de Guadalajara vuelve a encontrarse en el ojo del huracán político, y será la batalla electoral que defina el futuro de las y los jaliscienses.

 

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