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Peso Pluma en Viña del Mar

Por Carlos A. Lara González

Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura

@Reprocultura

La nueva polémica que ha desatado el cantante Peso Pluma, ahora por su participación en el Festival Viña del Mar, es otra oportunidad para decir a los pasivos conservadores que intentan regir la moral pública en materia de arte, cultura y entretenimiento, que esta no debe ser una decisión política de Estado. Si bien el festival tiene una estructura financiera público-privada, no le alcanza para intervenir justo en un terreno como el del consumo cultural, terreno del arte y la cultura, terreno peculiar en el que prima el principio de la libertad de creación artística y no el de la moral, no el de las ideologías políticas partidistas llevadas al Estado o, peor aún, el de la remilgada visión de una mayoría de gestores y agentes culturales, que ni siquiera admiten la música de Peso Pluma dentro del regional mexicano o música mexicana, como tímidamente la llaman algunos por considerar que no puede estar en el mismo playlist que Pepe Aguilar.

¿Quién debe encargarse de este delicado discrimen entre “buena” o “mala” cultura, “buenas” o “malas” creaciones? ¿la burocracia cultural? ¿los gobernantes? ¿los legisladores? ¿las comisiones especiales de supremos agentes culturales designados por ministerios? ¿los consejales de cultura? Quien considere que se puede impulsar una cancelación como política de Estado sin poner en riesgo la libertad de expresión artística y creativa, que nos diga cómo hacerlo. Pululan en redes sociales agentes culturales que actúan como la policía moral del ciberespacio que, si en ellos estuviera esta decisión, harían verdaderos campos de concentración para la creación artística.

No pongo en duda las buenas intenciones de la clase política, de los gobernantes y agentes culturales que consideran que es una tarea pública y cívica regular la virtud. Entiendo su deseo de por instalarse en lo que consideran el lado positivo del escenario social, intentando representar el espíritu de la tribu y echando mano de todo tipo de artificios ideológicos. Solo deben saber que si aceptamos y llevamos a su conclusión natural el razonamiento que encierra este tipo de debates, la cancelación en particular, estaríamos afirmando que la cultura y la libertad son incompatibles y que la única manera de garantizar una vida cultural rica, auténtica y democrática es reviviendo el despotismo ilustrado, el nacionalismo y el dirigismo cultural. La sola idea de identidad y defensa de valores nos conduce casi inevitablemente a justificar la censura, la cancelación y subordinación de la vida intelectual y artística a una doctrina política. La riqueza cultural está en la diversidad cultural contradictoria sí, en coexistencia con lo tradicional, con las corrientes de pensamientos y los creadores en tensión constante por intentar representar las diversas visiones del mundo a través de un arte universal producto de la libertad de expresión creativa. Dicho lo cual, lo que menos conviene es una cultura regimentada por el Estado, retrocederíamos siglos. Decía Pío Baroja que el Estado no premiaba el talento sino la sumisión.

El gobierno actual decidió no combatir el narcotráfico, sino asociarse electoralmente con él. Creció el número de muertos a niveles históricos. Militarizó todos los espacios posibles. Administró el delito con fines políticos y la gran mayoría calló. Se presenta Peso Pluma en Viña del Mar y comienzan las protestas por la narcocultura pidiendo la intervención estatal. No les veo protestar cuando los gobiernos contratan a estos artistas del momento para llenar plazas y espacios públicos en las fechas importantes del calendario cívico y religioso, con cargo al escuálido presupuesto de cultura. Protestemos y exijamos un equilibrio en la programación de actividades artísticas y culturales sin cancelaciones ni censura. No esperemos que el Estado nos resuelva la difusión o no de dichas manifestaciones y géneros musicales. Eso nos toca a nosotros.

Ahora, no sé por qué tanto escándalo por las letras de Peso Pluma si no se le entiende nada cuando canta.

 

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