Charlas en la Cafetería del Barrio
Por Alberto Mora
@alberto_mora
-Los gobiernos fracasan en la tarea de detener la violencia y por eso crece la queja pública. A ese clamor ya se sumó la voz de jerarcas de la Iglesia Católica, voces que no pueden ser desestimadas fácilmente. ¿Será que se modifica la relación entre Iglesias y Gobierno? A partir del asesinato de los jesuitas en Chihuahua, representantes de la jerarquía católica en México parece que destaparon la “caja de pandora”. Religiosos de distintas órdenes, están dando testimonio de muchos de los momentos en que han sido víctimas de la delincuencia.
Así arranca la charla Sergio, un joven abogado que gusta sentarse en la barra de la cafetería del barrio para degustar un buen café filtrado bajo diferentes métodos y compartir con el barista sus opiniones generalmente sobre política y derecho.
-Ahora sí que nadie se salva -comenta el barista al tiempo que termina de filtrar el café de Sergio-. Escuché en las noticias que el cardenal Robles Ortega, en uno de sus viajes al norte del Estado, fue interceptado por un retén de criminales u “hombres civiles armados”. Y después transmitieron en la misma estación de radio una gran cantidad de revelaciones de sacerdotes que reportaron cómo habían sido víctimas de la delincuencia. Unos hablaban de cobro de piso, otros del robo en los templos y algo que verdaderamente me sorprendió fue el que dijo que los criminales les exigían cuotas para poder llevar a cabo las fiestas patronales en el pueblo.
-Y no menos sorpresa te debería causar la respuesta del Gobierno -responde Sergio al barista con un cierto tono de molestia-. El gobierno del Estado desmintió la existencia de los retenes de civiles armados en Jalisco. ¿Lo puedes creer? El Gobierno Federal repartió descalificaciones y hasta insultos a los representantes de la jerarquía católica. Los calificó de hipócritas por haber callado cuando ocurrían los homicidios durante el gobierno de Felipe Calderón.
“Pero los obispos católicos no tardaron mucho para replicar en twitter: ‘No es útil negar la realidad y tampoco culpar a tiempos pasados de lo que nos toca resolver ahora’.
“Los políticos se equivocan cuando quieren resolver con golpes declarativos o si quieren arreglar con esas expresiones pasadas de tono, lo que no son capaces de resolver con la aplicación de la ley”.
-Ahora falta que digan que el crimen organizado tiene infiltrado a su equipo de comunicación -responde el barista con ironía, al tiempo que le sirve un nuevo café a Sergio-. ¿Por qué les cuesta tanto admitir la crítica a su trabajo, a su estrategia de seguridad? Reconocer los errores nos hace a todos más humanos, más humildes, y nos permite mejorar como personas. No somos infalibles, nos equivocamos, pero solo reconociéndolo podemos aprender de los propios fallos. Qué les cuesta ser más flexibles, más tolerantes y más comprensivos. Que se den cuenta que los abrazos no son suficientes para contener los balazos. En términos futboleros ¿Acaso les queda duda de que en la cancha de la seguridad el marcador empeora con sus estrategias? En campaña me acuerdo de que gritaban en los grandes eventos que: “no habrá Cuarta Transformación sin resolver el tema de la inseguridad pública que vive el país”.
-¡Amigo barista! -interrumpe Sergio para concluir la charla y retirarse de la cafetería del barrio-. Para este gobierno parece que la relación entre Iglesia y Estado no se trata de una separación entre dos entidades, sino de la sumisión de una a la otra. En voz del Quijote, Cervantes les diría a los gobernantes: “Con la Iglesia hemos topado, Sancho.” La verdad es que nada bueno abona este clima de golpeteo. Desde principio de siglo, autoridades religiosas en México habían guardado silencio hasta el asesinato de los dos jesuitas en Chihuahua. Como bien dices, no podemos ni seguir con abrazos que no alcanzan para cubrir los balazos, pero tampoco con tantas leyes y tan poco Estado de Derecho.
