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La cultura de la algorética en el sector infantojuvenil

Por Carlos A. Lara González

Dr. en Derecho de la Cultura y Analista de la Comunicación y la Cultura

@Reprocultura

En julio de este año se dio a conocer en la ciudad de Zaragoza, España, una epidemia en menores de tres años de edad denominada “déficit de adquisición del lenguaje”, causada por el excesivo uso de pantallas digitales.

Así lo advirtieron pediatras de atención primaria, quienes derivaron a estos pacientes a equipos de atención temprana especializados en la detección de problemas de desarrollo cognitivo en menores. Estos no solo confirmaron el diagnóstico y su origen, sino que recomendaron un programa de refuerzo de atención psicológica y el acompañamiento de un logopedia, porque dicho padecimiento podría tener severas consecuencias en el desarrollo cognitivo de los menores.

Como saben, en latribudelpulgar.com.mx analizamos padecimientos digitales generados por el uso excesivo de dispositivos digitales que alteran los hábitos de consumo y los códigos de conducta en las personas. En este caso, estamos ante un hábito adquirido a lo largo de la pandemia, normalizado durante la postpandemia, que ha desembocado en códigos de comportamiento como la irritabilidad, la ansiedad y la desesperación. Este universo de niños ha nacido prácticamente con una prótesis digital en las manos, la portan a todos lados, comen y duermen con ella, un hábito que altera el desarrollo natural de su cerebro por exponerlo a una cantidad de estímulos audiovisuales que este no está preparado para procesar.

La codependencia es tal, que suelen alterarse, llorar y exigir su devolución si se les retira. De no tomar medidas en la adolescencia se frustrarán con facilidad, no sabrán escuchar, serán incapaces de desarrollar una capacidad crítica ponderada y tendrán una gran cantidad de habilidades desatendidas como el análisis, la concentración, la concreción de ideas y la lectura. Padecerán una atención flotante.

Este problema me hizo recordar un reporte de la Fundación BBVA Bancomer dado a conocer en el marco del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española celebrado en la ciudad de Córdoba, Argentina, en 2019. Este señaló que había ya una generación de pequeños hablando con el tono de voz de Siri, el asistente virtual que traen los dispositivos electrónicos. Hace aproximadamente diez años, una colega de la Universidad de Nuevo León me decía que en un periodo menor a cien años el acto del habla podría ser prescindible. En ese momento mostré cierta incredulidad, pero al ver el desarrollo de los emojies y sistemas de comunicación como el Mazateco chiflado del Valle de Papaloapan del estado de Oaxaca, dejé la incredulidad de lado.

España ha anunciado el primer acuerdo social para un Pacto de Estado orientado a proteger a los menores de las pantallas. Participan fiscales, expertos y organizaciones de la sociedad civil, quienes están de acuerdo en limitar el uso de los teléfonos en colegios, verificar la edad de los usuarios y responsabilizar a empresas tecnológicas sobre los daños causados en el sector infantojuvenil. Lo anterior, a través de la Fiscalía de Menores y la Agencia Española de protección de Datos con el apoyo de la Asociación Europea de Transición Digital, quienes lograron un consenso con 131 entidades en un documento con 15 medidas que presentarán a los grupos parlamentarios para alcanzar el grado de Pacto de Estado que bien podríamos llamar por una algorética infantojuvenil.

Es importante decir que en el marco de una algorética bien entendida y mejor implementada, los sistemas comerciales de los desarrolladores tecnológicos deberían ser auditados por organismos independientes y autoridades de control para evitar sesgos discriminatorios, manipulación y adicción. Véase lo que acaba de ocurrir con la empresa Meta en Estados Unidos.

 

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