Opinión Política
OPINIÓN

“Ese a quien yo llamo amigo…”

OPINION INVITADA

Por Raúl Vargas López

A unos días de que se cumpla un año de tu ausencia física, quisiera tenerte presente con este poema de John Burroughs que dice así:

“Aquel cuyo apretón de manos era un poco más firme, aquel cuya sonrisa es un poco más luminosa, aquel cuyos actos son un poco más diáfanos, ese es a quien yo llamo un amigo. Aquel quien más pronto da que pide, aquel quien es el mismo hoy y mañana, aquel que compartirá tu pena igual que tu alegría, ese es a quien yo llamo amigo…”.

Te conocimos algunos de nosotros, compañeros de Medicina, cuando fuiste presidente de la FEG del periodo 1977 a 1979. Me refiero a Jorge Segura Ortega, Samuel Romero Valle, Arturo Plascencia Hernández y a quien esto escribe. Y desde entonces advertíamos tu liderazgo, tus aficiones, desde luego por la política-política, y por aquellas aficiones que en ti tenían un antecedente firme. ¿Cómo cuáles? Tu gusto por el cine. Fuiste literalmente lo que era un “cácaro”; es decir, manejabas un proyector de cine y desde el salón en donde estaba el proyector en la Universidad, y esto lo hacías con entusiasmo. En una palabra, tu interés por el cine tiene ese antecedente.

Y qué decir de tu interés por los libros, cuando fundaste junto con tu mamá, en la calle Galeana y López Cotilla, por allá en 1976, aquella librería “El Quijote”. Este negocio de venta de libros fue todo un acontecimiento porque tuvo una existencia efímera, pero a la vez exitosa.

Al paso del tiempo, tanto el gusto por los libros como por el cine, encontraste otras formas de materializar lo que sería la fundación de la feria más importante de habla hispana, la Feria Internacional del Libro, y, desde luego, del Festival Internacional de Cine; de tal suerte, que uno y otro, insisto, tienen su antecedente en tu historia personal.

Fuiste director de DICSA en el periodo del rector Enrique Alfaro Anguiano, y fue por este tiempo, a principios de los ochenta, concretamente en septiembre de 1984, cuando promoviste en Jalisco la fundación de La Jornada. Recuerdo que ya teníamos todos contigo una relación estrecha en lo político y en lo académico, y recuerdo que nos visitaban con frecuencia Carlos Payán, Miguel Ángel Granados Chapa, Carmen Lira y, desde luego, Luis González de Alba. Y promoviste la venta de suscripciones a este importante periódico.

Luego, en 1988, promoviste de una manera entusiasta y, desde luego, con señaladas resistencias al interior de la Universidad, la visita de Cuauthémoc Cárdenas al Paraninfo de la Universidad como candidato entonces del partido de la Revolución Democrática, de tal suerte que tu visión progresista tenía antecedentes por tu papel como presidente de la FEG, por tu cercanía con el ingeniero Cárdenas y, desde luego, por empresas que animabas con entusiasmo y alegría.

Luego, cuando tomaste posesión como Rector en 1989, de inmediato aquellos que te acompañamos con alguna responsabilidad directiva, yo como director de la entonces Facultad de Medicina, integraste para 1993 lo que serían las Coordinaciones Ejecutivas de lo que luego serían los Centros Universitarios. Tuve la oportunidad de darme cuenta de cómo de manera insistente, terca y reiterada, hablabas de la importancia que tenía esa reforma universitaria.

Desde luego, se destaca poco que lo hicimos en un contexto en el que la FEG se oponía a esa importante transformación, y lo hacía de manera a veces violenta, tomando algunas instalaciones y nada de esto te detenía. Se materializó la reforma universitaria en 1993. Concretamente el Consejo Universitario la aprobó en octubre de 1993. Es por eso que la Red Universitaria de Jalisco se debe a tu persona, y desde luego lo que sucedió y a sucedido desde entonces con la creación de los distintos Centros Universitarios por todo el estado, ha generado una seria de oportunidades para quienes son oriundos en las diferentes sedes donde existen estos Centros, y que se inscriban en programas de licenciatura y muchos de ellos en programas de maestría y de doctorados.

Este impacto de la Red es un impacto cuyo alcance no se ha dimensionado, pero implica no sólo la parte formativa y el desarrollo de las regiones, sino que también tiene que ver con una cosa que pudiera parecer trivial ahorita, que es evitar que los jóvenes tengan que migrar a la ciudad, a la zona metropolitana, para continuar sus estudios de educación superior o de postgrado. Desde luego, tú te involucrabas como lo hacías con entusiasmo decidido en diversos eventos.

Recuerdo, recordamos todos, sin duda, uno de ellos esencial: cuando en el 2005, el pretendido desafuero sobre Andrés Manuel López Obrador, tú promoviste, junto con algunos de nosotros, entre ellos Samuel Romero Valle, un mitin el 21 de abril, en el que en la Plaza de la Liberación se recibió a López Obrador, y se convocó a poco más de 50 mil asistentes a esa importante manifestación. Estoy seguro de que si viviera Manuel Camacho Solís, que era el interlocutor de Andrés Manuel, daría testimonio del peso que tuvo que ver esta manifestación que se oponía al desafuero.

AMIGOS. Raúl Padilla López y Raúl Vargas López, una amistad perdurable.

Y tanto efecto tuvo, que cinco días después Vicente Fox le dio para atrás al pretendido desafuero. Vaya, recuerdo cómo te retiraste esa tarde con prisa porque te tenías que ir a Europa, concretamente a cumplir algunas obligaciones a Barcelona por la FIL, y junto con José Saramago y Pilar del Río, el 24 de abril de ese año, tres días después del realizado aquí en Guadalajara, encabezaste, junto con 150 estudiantes una manifestación en contra del pretendido desafuero que animaba el entonces presidente Fox.

La ingratitud de Andrés Manuel López Obrador no tiene nombre y nunca le mereciste un reconocimiento por ese importante esfuerzo que realizaste y el impacto que esto tuvo.

Por eso, algunos sostenemos que además de la actitud sincera, generosa, auténtica hacia los amigos, incondicional, aparte de ser un excelente consejero, con una solidez en la autocrítica que ejercías, sabías escuchar, Raúl, de una manera receptiva en la cual, cuando hago este señalamiento, es que hacías caso de aquellas reflexiones que nosotros te compartíamos.

Por eso estas declaraciones de hace algunos días del gobernador Enrique Alfaro de que convertiste a la Universidad en un instrumento de presión política sobre los poderes constitucionales y de partidos, y enfatizo lo que dijo: “y comprometió el cumplimiento de la función sustantiva”, me imagino que se refiere al de la Universidad.

¡Cuándo carajos en tu fructífera vida, comprometiste el cumplimiento sustantivas de la universidad! Por el contrario, la hiciste crecer, la actualizaste, y ejerciste un liderazgo innovador. Por esa y otras razones son por las que quiero expresar que se te extraña.

 

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