Opinión Política
OPINIÓN

Elecciones en Colombia

Por José Antonio Elvira de la Torre

Prof. del Departamento de Estudios Políticos del CUCSH de la UdeG

El 29 de mayo se celebraron comicios para renovar la Presidencia de Colombia, que tiene el esquema institucional de una República, con sistema de gobierno unitario y presidencial. Como analistas y medios de comunicación señalaban, con base en las encuestas, la factibilidad de una segunda vuelta electoral era elevada, aunque no con los contendientes que la mayoría de los estudios de opinión contemplaban, por lo que habrá nuevamente jornada electoral el próximo 19 de junio.

No obstante, los resultados en la primera vuelta cumplieron los pronósticos y arrojaron una clara diferencia entre el candidato más votado, con el 40.32% de los sufragios para Gustavo Petro (Pacto Histórico), quien es considerado como el líder de la izquierda en ese país y cuenta con una trayectoria política de décadas, incluyendo su paso por el Senado y la alcaldía de la capital Bogotá. La sorpresa fue el ganador del segundo lugar de la votación y el derecho a competir en la segunda vuelta, con el 28.15% de los votos, el exalcalde de Bucaramanga, Pedro Hernández, quien no compitió por ningún partido político y es considerado un “populista de derecha” por sus exabruptos y estilo poco serio, que comparte el discurso de ataque a las “élites políticas tradicionales” y la corrupción.

Atrás quedó sorpresivamente la opción de Federico Gutiérrez, ex alcalde de Medellín y representante del llamado “uribismo” que durante buena parte de la contienda parecía ser la competencia más fuerte de Petro, pero que terminó con el 23.91% de los votos. Muy lejana quedó la candidatura de Sergio Fajardo con tan sólo el 4.20% de la votación.

La clave para ganar la segunda vuelta está en la capacidad de construir acuerdos con otras fuerzas políticas, uno de los efectos que pueden ser tanto positivos como negativos de los sistemas presidenciales con segunda vuelta, dada la exponencial importancia y “capacidad de chantaje” (en palabras de Satori) que obtienen opciones menos votadas. En el caso de Colombia, aparentemente es factible un acuerdo entre Hernández y la tercera fuerza representada por Gutiérrez, dada la historia de confrontación con Petro, lo que plantearía un escenario no tan frecuente en las segundas vueltas: la posibilidad de triunfo de quien no obtuvo más sufragios en la primera ronda, según lo plateado por el politólogo argentino Daniel Zovatto, quien ha estudiado la segunda vuelta en Latinoamérica en las elecciones presidenciales desde 1978 (IDEA. El Balotaje en América Latina: Modalidades y tendencias. https//:www.idea.int/es/news-media/news/es/el-balotaje-en-américa-latina-modalidades-y-tendencias).

El mensaje de las urnas en Colombia deja claro que los electores deseaban modificar el escenario político, cambiar visiones e intentar con otras alternativas de políticas para la solución de sus necesidades. Pero también es evidente que una parte de la ecuación que se presenta a competir en la segunda vuelta sigue una tendencia cada vez más frecuente y no necesariamente positiva en el mundo, la irrupción de candidaturas y opciones políticas que con irresponsabilidad aprovechan la desilusión de las personas para desinstitucionalizar la vida pública y destruir la política.

 

Post relacionados

Lo mejor es no moverse

Opinión Política

Tentando a la tragedia

Opinión Política

Sostener la autonomía, credibilidad y calidad de los organismos electorales

Opinión Política

Dejar un comentario