NOTA DEL EDITOR
Por Julio César Hernández
@jcentresemana
Independientemente de lo que resuelva la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) sobre la impugnación presentada, mediante un Juicio de Inconformidad, a la elección de gobernador del Estado -ya sea que ratifique a Pablo Lemus Navarro como ganador o decida que debe de anularse-, la realidad es que políticamente a partir del primero del último trimestre del año tendremos otro Jalisco.
Del color naranja -de Movimiento Ciudadano- que el estado se “pintó” a partir del 2015 al 2021 -sólo seis años-, se transformará en un tono preponderantemente guinda -de Morena- en su representación en la Cámara de Diputados y en la Cámara de Senadores, en el Congreso del Estado y en la mayoría de los municipios; en estos dos últimos sumados a sus aliados de Futuro y Hagamos.
Ante la lejanía en la que normalmente están los legisladores federales del Estado -pocos regresan a sus distritos, algunos siguen haciendo política aquí y otros prefieren hacerla en la capital del país-, la actuación de los políticos de Morena estará centrada en el Congreso del Estado donde Morena tendrá 10 diputados, más tres de Hagamos Jalisco, dos del Verde Ecologista, dos de Futuro Jalisco y dos del Partido del Trabajo para sumar 19 como representantes de la coalición Sigamos Haciendo Historia, que se apuesta continuará vigente en el Poder Legislativo estatal.
Del lado de Movimiento Ciudadano tendrá 11 diputados, pero nadie duda de que contará con las fracciones del PAN y del PRI como aliados para hacerle frente a sus adversarios. Acción Nacional logró llevar cinco diputados y el Revolucionario Institucional sólo tres, para sumar los otros 19 diputados. Sin embargo, la dirigencia panista advirtió que no serán incondicionales de MC, por lo que sólo lo apoyarán en aquello que consideran le conviene a los jaliscienses. Pero este es el discurso de siempre, porque en los hechos -como en la actual Legislatura-, se transforman en parte de la bancada más conveniente.
Un punto interesante será conocer quiénes serán los coordinadores de las bancadas legislativas más amplias: Morena y Movimiento Ciudadano, pues de su capacidad dependerá mucho el éxito o fracaso de las decisiones que se tomen en el Congreso y de la habilidad que tengan para la negociación política que será muy necesaria, independientemente de quién despache en el Poder Ejecutivo.
Sin embargo, en este escenario también será importante conocer qué sucederá al interior de los partidos políticos, pues mientras en Movimiento Ciudadano ya se aproxima la renovación de su dirigencia, en Morena la actual dirigente Katia Castillo será diputada y no podrá tener, por estatutos, los dos cargos, en tanto en el PAN han entrado ya igualmente a la etapa de renovación de sus dirigencias. En el PRI no sabemos exactamente en qué condiciones estatutarias se encuentra ahora, pues Antonio Padilla cubre actualmente el periodo de Laura Haro, quien dejó la presidencia para ser candidata a la gubernatura.
En el caso de Morena se advierte un punto muy interesante: la persona de Claudia Delgadillo González. ¿Qué papel jugará después de la resolución de la Sala Superior del Tribunal? Si se anula la elección y se repite, tiene probabilidades de ganar y convertirse automáticamente en la jefa política del partido, por encima de la dirigencia formal. Si no se anula o pierde en caso de que se repitan los comicios, su calidad de candidata a la gubernatura le permitiría también tomar el control del partido y hasta ser ella misma la dirigente estatal.
Sea una cosa u otra, tampoco debemos de perder de vista el papel político que querrá jugar Carlos Lomelí Bolaños, senador de Morena, cuya cantidad de votos obtenidos le ayudará también a ser un protagonista importante de lo que venga en Morena.
Así, pues, pase lo que pase en el caso de la elección a gobernador, una cosa dejó muy clara la jornada electoral del 2 de junio: Hoy, políticamente Jalisco será otro.
