REFLEXIONES
Por Gonzalo Leaño Reyes
Una de las instituciones que han resultado más dañadas en los últimos años es el Periodismo. Las causas son múltiples y no viene al caso recordarlas todas en este momento, pero sí una en especial: el deterioro que sufrieron las relaciones entre Gobierno y Periodismo durante este sexenio.
En México, la relación entre estos factores había sido tradicionalmente buena y respetuosa, lo cual propició el surgimiento de periódicos, revistas, programas de radio y de televisión de diferentes tendencias. Ahí encontraron cabida las ideologías de centro, derecha e izquierda, así como aquellas desprovistas de intención política y las de interés puramente informativo sobre especialidades diferentes como los deportes, finanzas, espectáculos, turismo, etcétera.
El periodismo mexicano tuvo una época abundante en número de medios de gran calidad y de periodistas sobresalientes. No es que esto se haya acabado, pero en los últimos años se abrió una grieta que aún no se cierra.
Los medios tradicionales ya estaban en un grave declive a causa de la pérdida de lectores, costos de producción, pérdida de ingresos publicitarios y la irrupción de los medios digitales, a lo cual sumó la antipatía gubernamental y la dura respuesta de los medios a dicha falta de empatía.
Las Mañaneras proveían el parque necesario para que los medios respondieran de inmediato; se entabló una guerra no declarada, pero muy evidente.
No obstante, el periodismo en general dio una gran lección de profesionalismo durante las recientes campañas electorales ya que al día siguiente de las elecciones dio cuenta y saludó de forma unánime el triunfo de la candidata oficialista, la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo. Ni los periodistas más “antigobiernistas”, por llamarlos de alguna manera, regatearon elogios a la gran victoria obtenida por la candidata morenista.
Por eso resulta muy satisfactorio que la Dra. Sheinbaum haya firmado un compromiso con la organización Reporteros Sin Fronteras para no solamente respetar, sino defender la Libertad de Prensa.
El inicio de un nuevo Gobierno es propicio para restaurar todo aquello que se fue deteriorando en su relación con los medios informativos, una relación que debe ser de respeto mutuo, y que por la naturaleza misma del periodismo tiene que ser protegida por las autoridades ya que es expresión de un derecho natural del individuo y un derecho de la sociedad a estar bien informada.
Una respetuosa relación entre Gobierno y Periodismo será factor de unidad entre los mexicanos, fomentará la democracia y aportará a favor de la libertad.