Opinión Política
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Corcholatas, Aspirantes y Ciudadanos

Charlas en la Cafetería del Barrio

Por Alberto Mora

@alberto_mora

-Un gobierno corrupto se caracteriza por la presencia de diversas prácticas y comportamientos deshonestos que socavan la integridad y la eficacia de las instituciones gubernamentales.

“¿Cuáles son los elementos para identificar, para poder afirmar o negar que tu gobierno es o no corrupto? ¿Te solicitan sobornos los funcionarios públicos a cambio de favores, beneficios o de ventajas ilegítimas? ¿Te has enterado que desvían dinero o recursos públicos, para beneficio personal, en lugar de utilizarlos para el bien común? ¿Has escuchado que tu gobierno hace mal uso de fondos estatales, que celebra contratos a sobreprecio, con facturación falsa o con nepotismo?

“Si contestaste sí; tu gobierno es corrupto.

“Y como los corruptos quedan sin enfrentar consecuencias, entonces se fomenta la perpetuación de la corrupción. Por eso se repite el fenómeno de la corrupción, porque no pasa nada. Por eso podemos ver que la impunidad es el rasgo más común en los gobiernos corruptos”.

Así se escuchaba la charla entre Montse y Addy en la cafetería del barrio. Dos jóvenes emprendedoras, aficionadas al buen café, atentas al desempeño de los gobiernos y promotoras de la cultura cívica.

Saboreando un par de ChaiLattes con doble carga de Espresso, Addy interrumpe a Montse, para replicar con el siguiente argumento:

-Sí, pero también existe un concepto conocido como «moral política”, que se refiere a los principios éticos y morales que guían el comportamiento de los actores políticos y las decisiones tomadas. Recuerda que la moral política se centra en la aplicación de los principios éticos, en la esfera de la política, y busca establecer estándares de conducta y criterios de evaluación para los líderes y las instituciones políticas.

“La moral política se relaciona con la justicia, la igualdad, la libertad, la responsabilidad, la transparencia y otros valores relevantes. Busca responder preguntas como: ¿Cuáles son las obligaciones éticas de los líderes políticos? ¿Cómo deben ser tratados los ciudadanos y otros actores en el proceso político? ¿Cómo se deben distribuir los recursos y las oportunidades en la sociedad? ¿Cómo se deben tomar las decisiones políticas de manera justa y equitativa?

“Por eso es muy importante estar informados y participar en la vida cívica, política de nuestra ciudad, de nuestro estado y también del país. Ya inician los procesos para la postulación de candidatos a cargos públicos, es importante que nos involucremos todos.

“La postulación de múltiples candidatos va a fomentar la competencia política y la diversidad de ideas. Vamos a tener la oportunidad de evaluar diferentes propuestas y enfoques para abordar los desafíos y necesidades de la sociedad.

“No solo es importante escuchar sus objetivos y promesas, debemos crear un entorno de rendición de cuentas, evaluar a los candidatos y juzgarlos por su desempeño en los cargos públicos anteriores.

“Debemos provocar una participación ciudadana que trabaje para restablecer la moral política. Que busque establecer un marco ético para la actividad política y promover una conducta ética por parte de los actores políticos, con el objetivo de lograr una sociedad justa y equitativa.

“Vamos exigiendo información clara y comprensible sobre las políticas, los procesos y el uso de los recursos públicos, que no se pervierta la provisión de servicios públicos”.

Montse alza la mano y con una seña solicita la cuenta y concluye la charla con la siguiente reflexión:

-Tienes razón, debemos estar pendientes y evaluar bien a “las corcholatas”, las candidatas y candidatos que se quieren postular por los partidos y a quienes vayan como independientes. Vamos diferenciando a quienes tienen una hoja de vida pública decente, de aquellos o aquellas que han sobresalido a partir de inmoralidades en el ejercicio de sus cargos públicos.

“Entendiendo como inmorales a quienes han actuado de manera contraria a los estándares de honradez establecidos. Vamos señalando claramente a los que se han caracterizado por acciones como el engaño, la mentira, el robo, la violencia o el abuso. Quienes recurrentemente transgreden los principios y valores morales compartidos por nuestra sociedad, en nuestra comunidad.

“Me queda claro que solo participando podemos corregir esos comportamientos indeseables, esa falta de ética en el servicio público y sus implicaciones negativas en la sociedad, que cada día minan la confianza, la justicia y el bienestar general”.

 

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