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Caminar en el Camino Correcto

Por Carlos E. Martínez Gutiérrez

Consultor en Desarrollo Urbano y Vivienda

@carlosemgtz

Las generaciones menores a 45 años difícilmente podrían comparar el México de los 70’s u 80’s con el actual, salvo la historia platicada por sus padres; un país de claros obscuros, pero definitivamente sin el clima de libertad, democracia, movilidad, globalización, oportunidades de crecimiento económico que tenemos, pese a los problemas de inseguridad y polarización que hoy enfrentamos.

Quizás las nuevas generaciones no han reflexionado que hace 45 años no existían los teléfonos celulares y mucho menos las redes sociales o los hornos de microondas; difícilmente los jóvenes de esa época estudiaban en el extranjero o tenían la oportunidad de vacacionar fuera del país. La adquisición de vehículos, productos diversos, enceres domésticos, ropa o calzado se limitaban a unas cuantas opciones derivado de una economía cerrada y controlada por el Estado.

En contraste, en la sociedad prevalecía las relaciones humanas y se fortalecían, se priorizaba los valores universales como forma de vida aun en las grandes ciudades, tiempos donde el fenómeno migratorio hacia las ciudades se acrecentó por la falta de oportunidades de desarrollo profesional y económico.

El impacto social en las ciudades obligó al estado a crear el Infonavit, institución formada a través de la ley respectiva en abril de 1972, con la que se daba cumplimiento al derecho a la vivienda de los trabajadores establecido en la Constitución, con el objetivo de reunir en un fondo nacional las aportaciones patronales del 5% del salario de cada uno de los trabajadores que tuvieran contratados para darles la oportunidad de obtener un crédito de vivienda o el derecho a que sus ahorros les sean devueltos.

Este Organismo Público Descentralizado en sus inicios sentó las bases para crear viviendas de calidad, tanto en sus aspectos de espacios, dimensiones, así como desarrollos urbano que hacían ciudad; proyectos ejecutivos realizados y diseñados por arquitectos, desarrolladas por constructoras especialistas en vivienda y supervisadas por empresas de ingenieros y arquitectos con alto grado de preparación, las oficinas centrales en la Ciudad de México fueron diseñadas por los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludowsky.

En suma, prevalecía lo técnico sobre cualquier otro aspecto para dar calidad de vida a los trabajadores; muchos conjuntos habitacionales y viviendas hoy en día son ejemplos de diseño y calidad espacial.

Con el cambio de modelo del Infonavit en 1992 al convertirse en solo agente financiero dejando a las fuerzas del mercado el diseño, construcción y comercialización de las viviendas, se perdió la calidad de estas y los problemas de las ciudades se acrecentaron, se olvidó lo técnico y la calidad de vida por aspectos eminentemente financieros, afectando directamente en la calidad de vida de la población, tanto de los trabajadores acreditados como la población en general de las ciudades.

Hoy el gobierno de la Republica pretende dar de nuevo un giro a esta institución retomando algunos conceptos de su creación debido a que el país cuenta con déficit cuantitativo de 8.2 millones de viviendas, fenómeno causado por los niveles y costo de la construcción de vivienda, entre otros factores, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

Interesante propuesta de retomar algunos aspectos fundamentales, pero preocupa que bajo la política pública demostrada por el actual gobierno ahora también se distraiga al Ejército en estas tareas o se implementen esquemas que no contribuyan a realizar viviendas de calidad y conjuntos habitacionales que hagan ciudad. Retomar lo técnico sobre lo político o financiero, sería caminar en el camino correcto.

 

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