ENTRE COPA Y COPA
Por Alfredo Arnold
Siempre que nos referimos al Mundial de 1970 acudimos a la imagen de Pelé y a las virtudes futbolísticas de la selección de Brasil. Sobran los motivos para ello; aquel Brasil le dio otra dimensión al futbol mundial, lo convirtió en arte: futbol-arte.
Sin embargo, la historia no siempre recuerda, o no lo hace con la debida fuerza, al hombre que se puso al mando de aquella selección casi al sonar el silbatazo inicial: Mario Lobo Zagallo.
Brasil no era considerado favorito para ser campeón; quizá se pensaba más en Uruguay o en Alemania que había perdido dramáticamente la final de 1966 frente a Inglaterra en Wembley; Brasil ni siquiera lució en sus juegos de preparación (días antes del arranque del Mundial perdió frente al Unión de Curtidores de Segunda División y le ganó apenas 1-0 a las Chivas en el estadio Jalisco).
Además, con el Mundial ya casi encima, Brasil cambió de director técnico. Joao Saldanha fue quien ganó la calificación al Mundial, pero su orientación comunista chocó con el nuevo gobierno brasileño a cargo de Emilio Garrastazu Médici, además de que se negaba a convocar a Pelé. Los personajes chocaron y Saldanha quedó fuera; en su lugar fue llamado Zagallo.
Existe una versión no oficial de que el primer movimiento de Zagallo fue citar a algunos delanteros y preguntarles su opinión sobre llamar o no a Pelé. La respuesta fue unánime: “¡Convócalo!”.
Zagallo fue el primer técnico campeón del mundo que también había ganado dos títulos como jugador (1958 y 1962). Y después del Mundial en México fue asistente técnico del Brasil campeón en 1994 en Estados Unidos, obtuvo el subcampeonato en Francia ’98 y también ganó una Copa Confederaciones, una Copa América y una Copa Naciones del Golfo, entre otros éxitos.
Decía el técnico brasileño Leonardo Bacchi: “Si quieres que algo te salga bien, llama a Zagallo”.
Durante los entrenamientos en el Club Providencia en el Mundial del ’70, Zagallo ponía música de samba mientras los jugadores bailaban y calentaban los músculos en el campo. El ambiente interno entre los brasileños era insuperable.
El día de la coronación en el Azteca, después de la ceremonia de premiación y ya todos los jugadores y cuerpo técnico reunidos en el vestidor, Zagallo recibió una llamada telefónica del presidente de Brasil, hablaron varios minutos. Brasil era el primer tricampeón de la historia.
Mario Lobo Zagallo falleció en 1962, a la edad de 93 años.