Por Alfonso Gómez Godínez
@ponchogomezg
El presupuesto público es el instrumento más poderoso de política económica que tiene un gobierno para alcanzar los objetivos trazados en los diferentes programas gubernamentales. Se trata de influir en el ciclo económico del crecimiento y la inflación, pero fundamentalmente en los indicadores de desarrollo como salud, educación, servicios públicos, etc.
En nuestro país se elabora por parte del Poder Ejecutivo el documento titulado “Criterios Generales de Política Económica”, donde se hacen explícitos los objetivos macroeconómicos que el gobierno en turno busca alcanzar en el año siguiente después de su aprobación por el Congreso de la Unión. Desde hace años se viene realizando una interesante práctica para la elaboración de dicho documento iniciando con un documento inicial llamado “Pre-Criterios”.
Criterios Generales presenta también diagnósticos en torno a los elementos externos, (variables independientes) que pueden afectar el cumplimiento de las metas macroeconómicas. Así revisa escenarios y trayectorias de la evolución de la inflación, el crecimiento en el mundo, sus políticas económicas correspondientes aplicadas, se analiza el estado de situación y posibles futuros de la economía de Estados Unidos, la zona del Euro y China.
Para el cumplimiento de los objetivos macroeconómicos de “Criterios” se cuenta con dos poderosas patas. El proyecto de presupuesto de ingresos y el proyecto de presupuesto de egresos de la Federación. Aquí es importante resaltar que debe de existir congruencia entre los que se plantea en criterios con lo que se propone hacer con ambos presupuestos.
Debe señalarse que para la aprobación del presupuesto de ingresos participan los diputados y senadores, para el presupuesto de egresos solo los diputados dado el ámbito de sus responsabilidades constitucionales.
Es interesante señalar que en los años del gobierno de la 4T se busca que ambos presupuestos no sufran alguna modificación, con la finalidad de mantener a salvo las orientaciones programáticas del gobierno federal y sus programas insignias.
Entender el proyecto de presupuesto público federal para el año 2024 implica considerar la particularidad de que ese año es el último año de gobierno de presidente, habrá elecciones presidenciales y de renovación del Congreso y un buen número de gubernaturas.
Sin duda que no debemos sorprendernos, el presupuesto busca influir en el estado de ánimo del elector creciendo los programas sociales, pero también inyectar todos los recursos posibles para la terminación de las obras emblemáticas del gobierno saliente. En buena medida, el legado del presidente y la evaluación de su gobierno pasa porque las obras como el Tren Maya, estén terminadas y funcionando.
Por tales razones, el proyecto de presupuesto del gobierno federal presenta una trayectoria de crecimiento de déficit fiscal, arriba de 4% del PIB, y un crecimiento de la deuda pública para llevar a más del 40% del PIB.
El comportamiento de los ingresos fiscales y de las tasas de interés serán fundamentales para el próximo año. La evolución de ambos déficits marcará el rumbo del gobierno, de sus márgenes de maniobra, del cierre de sus obras, pero fundamentalmente de la estabilidad económica y financiera del país y del tipo de problemas que heredará el próximo gobierno.
